La eliminación de las retenciones a cuenta de IVA y Ganancias para los comercios que cobran con tarjeta o cualquier otro medio electrónico, tendrá fuertes impactos, ya que amplió aún más el universo de beneficiados por el Paquete Fiscal, que originalmente solo alcanzaba a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).

El anuncio del ministro de Economíanacional, Luis Caputo, que entrará en vigencia desde el 1 de septiembre, implica un beneficio financiero muy claro para los comercios. Hasta ahora, mediante la retención a cuenta, los comerciantes estaban obligados a pagar esos impuestos al momento mismo de cobrar, siempre que el cliente decidiera pagar con tarjeta en lugar de hacerlo varios meses después.

Con inflación de un 4% mensual, la obligación de pagar en forma anticipada implica un costo gravoso. Así, se generan inclusos saldos a favor sin saber si se podrían aprovechar o bien el pago anticipado sobre ganancias que tal vez nunca se produzca.

En el caso del IVA, un pequeño comerciante podrá pagarlo a los 90 días en lugar de sufrir el descuento en cada cobro.

Cada vez que un comerciante ofrece el famoso “10% de descuento por pago en efectivo” o, su contraparte, “10% de recargo por pago con tarjeta”, está tratando de esquivar el costo financiero que implica cobrar por cualquier medio diferente del efectivo. Por ese motivo, muchos comerciantes que cuentan con dispositivos electrónicos eligen cobrar con transferencia, que no están abarcadas por estos descuentos que se llevan entre un 4% y un 12% del importe. Las retenciones a cuenta, en suma, son un claro incentivo para no facturar y cobrar en efectivo.

“Esto reduce el costo para comercios de aceptar pagos con tarjetas de débito, crédito y billeteras”, explicó el ex secretario de Política Tributaria Roberto Arias. “La Ley Bases establece un piso de 10.000 UVAS para aplicar retenciones (o sea dejaba afuera al comercio pequeño), pero se decidió dejar afuera a todos”, explicó.

Arias destacó que la medida “incluye las retenciones que hacía Mercado Libre a los vendedores, que desaparecen”. No ocurre lo mismo con las percepciones, que seguirán operando del mismo modo cuando un responsable inscripto le compre a otro.

Para el sistema financiero, la medida es una de las más esperadas para consolidar la expansión de los pagos digitales y seguramente será festejada por bancos, tarjetas y billeteras. En el mundo de los medios de pago suele repetirse que el arancel de las tarjetas es del 1,8% para las de crédito y de 0,8% para las de débito. Por ende, lo que encarece la decisión de cobrar con plástico para el comerciante no es ese costo sino todos los descuentos impositivos que vienen añadidos, incluyendo IVA, Ganancias e Ingresos Brutos.

En la Argentina sobra infraestructura en la red de pagos digitales. No solo hay una enorme cantidad de cuentas (190 millones si se suman las bancarias y virtuales, CBU y CVU), sino que hay una enorme oferta de servicios a elección: tarjetas, billeteras, transferencias, con plástico o con QR, con rápida adopción por parte del usuario. Pero el costo impositivo se lleva gran parte de esa ganancia y el comerciante se ve, a menudo, obligado a preferir el efectivo, consignó el sitio Infobae.

“La medida permitirá fomentar la formalización de las transacciones, la inclusión financiera y reducir los costos de los sistemas de pagos”, señaló Caputo.