La tarde del 31 de julio de 1988 el estadio Juan Alberto García estaba colmado de hinchas del “Santo”. El equipo dirigido por Nelson Chabay se encaminaba a culminar una campaña extraordinaria. En la final del Dodecagonal, San Martín de Tucumán le ganó a Chaco For Ever 2-0 y el ascenso a Primera quedó en sus manos, dejando en el camino a uno de los principales candidatos.
“Fue una tristeza muy grande. Todos en Chaco estaban ilusionados con el ascenso. Para colmo, el rival de toda la vida, Mandiyú había ascendido el año anterior. Era la gran oportunidad y San Martín dio el batacazo. Fue tremendo lo de los tucumanos”, explicó Mariano Candia, periodista de Diario Norte.
A pesar del dolor que significó para los chaqueños haberse quedado a las puertas de acceder a la máxima categoría del fútbol argentino, los periodistas evocan con asombro la impresionante cantidad de tucumanos que se desplazaron hasta Resistencia.
“Me acuerdo el vendaval de gente que vino. Eran miles de autos. Coparon la ciudad por todos lados y también una de las populares. Había una mitad de hinchas de Chaco For Ever y la otra era de San Martín. Fue muy impresionante”, recordó Luis Darío Moledezky, ex jefe de Deportes en Diario Norte. “A pesar de todas las vallas que se habían previsto, pasaron muchos hinchas tucumanos sin entrada. La capacidad del estadio se había desbordado. Era una marea de colectivos y autos particulares”, agregó.
Así como los periodistas de Resistencia recuerdan la gran cantidad de hinchas tucumanos, LA GACETA también lo reflejaba en las crónicas previas y posteriores al partido.
“El plantel de San Martín no estará solo en Chaco”, se podía leer en uno de los títulos del diario publicado el jueves 28 de julio de 1988.
Además de anunciar que el “Santo” se iba a trasladar vía aérea hasta Chaco, LA GACETA también publicaba las palabras del presidente Natalio Mirkin. El histórico dirigente mencionaba con orgullo el acompañamiento que tendría San Martín para la final del Dodecagonal. “Nosotros calculamos que podrán viajar unos 100 ómnibus y alrededor de 250 automóviles, con unos 5 mil hinchas de San Martín”, adelantaba Mirkin.
Si bien el mandamás había visitado a Juan Carlos Meuli, ministro de Gobierno, Educación y Justicia para garantizar protección a la parcialidad tucumana; lo cierto es que el sistema se desbordó.
Los goles de José Humberto Noriega y Jorge López provocaron una enorme euforia en las miles de almas “santas”, que una vez terminado el partido, invadieron el campo de juego para celebrar.
“Nosotros que ya tenemos varias canas, todavía recordamos como la hinchada de San Martín tapó a la de Chaco For Ever al grito de ‘¡Tucumán!, ¡Tucumán!, ¡Tucumán!”, aseguró José Raúl Romero, ex periodista y colaborador jubilado del diario más importante de Chaco, sobre uno de los cantos elegidos por la parcialidad tucumana. ¿Los otros? “Oh le le, oh la la, si éste no es el fútbol, el fútbol dónde está” y “Borombombón…este es el fútbol del interior”.
Los números de aquella histórica jornada según lo publicado en LA GACETA fueron los siguientes. Se vendieron 15.000 entradas generales, 4.900 de socios (plateas) y 900 de jubilados y damas. En tanto que no se había obtenido con precisión los números de recaudación final.
“No recuerdo que haya habido problemas con la hinchada de Chaco For Ever, pero si hubo una invasión de los tucumanos. Fueron a buscar a sus propios jugadores y les sacaron algunas prendas”, aseguró Moledezky.
Planteles históricos
En el equipo titular de San Martín durante la revancha en el estadio de Resistencia (los de Bolívar y Pellegrini habían ganado la ida 1-0) se presentaron Juan Alfredo Ibáñez; Pablo Robles, Walter Villafañe, Alfredo Juárez y Dante Unali; Héctor Chazarreta, Noriega y Julio César Jiménez; Ricardo Troitiño, Ernesto Campos y López.
Mientras que para Chaco For Ever, que vistió una llamativa camiseta amarilla, Rodolfo Motta había parado este “11” titular: Néstor Merlo; Hugo Parrado, Antonio Alarcón, Felipe Di Marco y Jorge Antonio Benítez; Roberto Marioni, Celso Freyre y José Antonio Barrella; Mario Noremberg, Fernando Moro y Roberto Gargini.
Si bien los fanáticos del “Santo” habían destacado la labor de sus dirigidos en aquel entonces, los periodistas chaqueños también recordaron el buen fútbol de aquel equipo. “Chazarreta, que después jugó un año en Chaco For Ever, era un distinto. No le podían quitar a la pelota”, recordó Candia.
A pesar de que en la temporada siguiente de aquella derrota, el “Albinegro” lograría el ascenso venciendo a Lanús, la realidad es que la herida de la final perdida contra San Martín todavía no cierra. Ya pasaron 36 años de aquella proeza del “Santo” y los recuerdos en Resistencia se viven como si hubiera sido ayer.