Viene recorriendo la provincia desde hace una semana, pero llegó el tiempo de despedirse. El guitarrista y compositor tucumano Javier Murciélago Almirón dará su último recital esta noche, desde las 21.30 en la Casa de la Cultura Catalina Albarracín de Suárez de Tafí Viejo (avenida Alem 753).
Pero antes de regresar a su estancia de más de dos décadas en Capital Federal aún le queda hacer una escala en Santiago del Estero para compartir escenario con El Vislumbre del Esteko y participar del tradicional Cumple de la Abuela Carabajal, en La Banda.
Es que muchas de sus canciones están atravesadas por la raíz folclórica, con aportes especiales de otros ritmos como el jazz y el rock, para conformar una obra con marcada identidad que plasmó en sus dos discos, “Algo bello nos espera” y “Perro Jana”. Esas canciones formarán la columna vertebral del show, junto con las de su próximo álbum, el tercero como solista, que aún no tiene nombre.
El repertorio a interpretar esta noche sumará homenajes al Cuchi Leguizamón, Atahualpa Yupanqui, Raúl Carnota y a los autores santiagueños, “en agradecimiento a todo el aporte han dado a la cultura nacional”, y contará con el acompañamiento especial del bajista Fernando Afonso Guanche y del percusionista y bailarín Sergio Lobo, con invitados locales sorpresa.
Sus composiciones tienen un condimento relacionado al paisaje tucumano que nunca lo abandona, pese a la distancia y al tiempo, como por ejemplo en “Chacarera del Río Muerto” y “Chacarera del funicular”, presentes en “Algo bello...”. Es que su identidad provincial y regional es motivo de orgullo y de reivindicación, que proyecta en cada presentación y grabación, con el sentido de que comprender los orígenes es la única forma de proyectarse en el futuro.
“Es un disco que estuvo bastante cajoneado. No encontraba la forma de justificar su nombre con la adversidad circundante. Me daba un poco de pudor. No quería quedar como un cándido que no entiende nada de lo que socialmente está pasando. Finalmente comprendí que lo importante era dar un mensaje positivo y esperanzador. No hay mal que dure 100 años. Ya encontraremos la forma de salir de esto”, asegura.
“Esta producción está pergeñada para la danza principalmente. Todos sus temas tienen métrica de baile a diferencia del anterior, ‘Perro Jana’, que es más fusionero. Tal vez en ese sentido es que se escucha más festivo. Surgió desde el bandoneón de mi querido amigo Hugo Cuervo Pajón en un momento de quiebre emocional, a modo de exorcismo si se quiere, o de liberación. Él trajo la idea y la fuimos desarrollando con mucho cuidado e inspiración”, describe.
Las exigencias
Su lanzamiento solista con “Perro Jana” fue prometedor y exitoso: ganó el premio Mercedes Sosa. “Recibir una distinción es siempre halagador; a la vez, es una gran responsabilidad. Te sube la vara con respecto a lo que vendrá. De alguna manera estás obligado a que lo nuevo, sea mejor o por lo menos esté a la altura de lo anterior. Ciertamente fue un empujón, era el nacimiento de mi propuesta individual, tocando músicas de raíz folclórica. El Instituto Nacional de la Música coincidió en este sentido produciendo parcialmente la edición del disco físico”, destaca.
En su tránsito del primer al segundo álbum (y de este al futuro y tercero) “cambiaron algunos músicos, un poco la sonoridad y el planteo parece estar más cerca de la raíz que de la fusión”. “De todos modos no me gusta aferrarme a nada, prefiero experimentar. En ese sentido estoy preparando un álbum nuevo con un sonido más eléctrico”, anticipa.
“Esta gira por Tucumán tiene la expectativa de siempre, del reencuentro y del compromiso que tengo con la música pero también con el pueblo tucumano. No me olviden, yo no los olvido”, finaliza.