El Servicio Nacional de Manejo del Fuego declaró a Tucumán como una de las provincias en riesgo extremo de incendios, una situación agravada por la sequía y las recientes heladas. Juan Fernández de Ullivarri, ingeniero agrónomo e investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), advirtió en Buen Día, informativo de LG Play, que las condiciones actuales aumentan drásticamente la probabilidad de que se produzcan y propaguen más siniestros. 

"Estamos en una situación crítica debido a las heladas severas que han afectado a la vegetación. Esto, combinado con la sequía, dispara el riesgo de incendios. Este año, en comparación con el anterior, habrá más quemas, especialmente de caña, debido a las condiciones climáticas adversas", explicó Ullivarri.

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El investigador detalló que las heladas no solo dañan los cultivos, sino que también aumentan la combustibilidad de la vegetación, lo que convierte incluso pequeños focos de incendio en amenazas mucho más graves. 

"Cualquier vegetación, ya sea cañaveral o pasturas, queda con un grado de combustibilidad muy alto después de una helada. Esto provoca que incendios pequeños, como los originados en banquinas o por quemas de basura, puedan transformarse rápidamente en incendios de gran magnitud", subrayó.

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Ulivarri también aclaró que, a pesar de la creencia popular, las quemas de caña no benefician a los cañeros. "Hace 40 años, quemar la caña era parte de la práctica productiva, pero hoy eso ha cambiado. El 98% de la caña en Tucumán se cosecha mecánicamente, lo que no requiere quemas. Además, está comprobado que la quema deteriora la fertilidad del suelo y disminuye el rendimiento de la caña", afirmó. 

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El experto también destacó que los cañeros trabajan activamente para evitar incendios, implementando medidas como la limpieza de callejones en los bordes de sus cultivos para prevenir que el fuego de las banquinas se propague.

Este año, además del impacto ambiental, los incendios podrían afectar también a las futuras plantaciones de caña. "La helada deteriora los cultivos y muchas cañas ya no sirven para plantar. Aunque las quemas no afectan directamente la próxima siembra, las condiciones climáticas actuales representan un desafío para la producción de caña de azúcar en la provincia", concluyó.