La Organización Mundial de la Salud declaró ayer la emergencia internacional de salud pública por el aumento de casos de viruela del mono en África. Según se reportó, el 82% de las muertes producidas se dieron en el grupo etario de menos de 15 años.

La OMS declaró la emergencia médica internacional por el brote de viruela del mono

La enfermedad, también conocida como mpox o viruela símica, es definida por la Organización Panamericana de la Salud como una zoonosis viral causada por el virus de la viruela símica que pertenece al género Orthopoxvirus. Es una afección que produce erupciones cutáneas en la cara, manos y plantas de los pies.

Alerta internacional por aumento de casos de viruela del mono

El 9 de agosto la OMS ya había advertido sobre la necesidad de intensificar los controles por viruela del mono ante una posible propagación del virus en América. Tras la identificación de la nueva variante del virus mpox, Clade I (Clade iB) en África Subsahariana, la organización pidió reforzar la vigilancia en el continente.

Esta variante está caracterizada por aparecer en grupos de una variedad de edad más amplia que en los brotes anteriores, llegando a afectar incluso a niños. Se estima que esta variante surgió en la República Democrática del Congo en septiembre de 2023.

Qué es la viruela del mono

 Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, baja energía, inflamación de los ganglios linfáticos y erupción o lesiones cutáneas. Estas últimas, además de en el rostro y las extremidades, pueden aparecer en boca, ojos y genitales.

Según la OPS, quienes sospechen tener el virus mpox deben evitar el  contacto estrecho con otras personas y consultar con especialistas para realizar el chequeo necesario para confirmar el diagnóstico. El sarpullido aparece entre uno a cuatro días después de la fiebre. Los síntomas pueden durar de dos a cuatro semanas y durante todo este período el paciente afectado puede contagiar.

El contagio puede darse por contacto directo con costras o fluidos corporales de una persona contagiada, esto incluye las relaciones sexuales. También se da al compartir ropa, sábanas u otros materiales que hayan sido utilizados por pacientes infectados.