San Lorenzo es por estos días un polvorín. Y con su victoria postrera, Atlético crispó todavía más los nervios de los hinchas del “ciclón”. 

La eliminación a manos de Vélez Sarsfield por Copa Argentina entre semana, sumada a la muy mala campaña a nivel local, reavivó las llamas de una interna feroz y con múltiples ribetes en el club de Boedo.

El “despido” de Néstor Ortigoza como responsable del fútbol profesional y juvenil de San Lorenzo fue un nuevo hito en el marco de las constantes turbulencias que sacuden a la presidencia de Marcelo Moretti, con apenas ocho meses en el cargo.

Incluso antes del gol de Tesuri, el público insultó a coro al actual presidente, de signo contrario a los emblemáticos Matías Lammens y Marcelo Tinelli.

“Ortigoza no es un mal muchacho, pero le falta formación para el cargo. Va a seguir como vocal en comisión directiva”, espetó Moretti después de las declaraciones de Ortigoza dando cuenta de su incomodidad y su falta de poder en su función.

Además, apareció un pasacalles acusando a Ortegoza de ser hincha de Boca, después de que Agustín Martegani fuera traspasado al conjunto de La Ribera.

Antes de Ortigoza, hace unos meses había caído en desgracia otro ídolo del club, Rubén Insúa. El “Gallego” dejó la conducción técnica en medio de acusaciones cruzadas con Moretti, a quien sus opositores acusan de haber utilizado a Ortigoza y a Insúa para llegar a la presidencia y descartarlos luego.

El tercer ídolo histórico que podría caer en desgracia es el actual entrenador. Leandro Romagnoli asumió sin tanto respaldo, más allá de su pasado glorioso como jugador en el club.

“Pipi” logró meter al equipo en octavos de Copa Libertadores, pero en el torneo local no levanta cabeza, con apenas una victoria en ocho partidos, antes de recibir a Atlético. Y la gente también perdió una porción de paciencia con un mercado de pases flojo y una inhibición que recién logró levantar hace una semana.

Con Atlético Mineiro en su horizonte inmediato –el martes jugará la ida de la llave en el Nuevo Gasómetro- y el clásico con Boca en La Bombonera el próximo domingo, San Lorenzo vive horas clave. Concretada la derrota ante el “decano”, a duras penas Moretti habría convencido a “Pipi” (no compareció ante la prensa), a seguir en el cargo al menos hasta que termine la serie con el “Galo”.

San Lorenzo es uno de los clubes más politizados de Argentina, lo cual garantiza disenso, pero también dificulta su gobernabilidad.

Seguramente por ello, Moretti, consciente de que el crédito proveniente de diciembre pasado se le puede extinguir rápido, en la semana dejó un mensaje a los hinchas y socios del “ciclón”: “Tengan paciencia, deben entender que encontramos un club destruido económica, financiera e institucionalmente, pero con gestión, trabajo y coraje lo vamos a llevar al lugar que se merece y que todos los socios queremos”.

 El presidente número 33 en los 116 años de historia de San Lorenzo no la tiene fácil.