Las Leonas son uno de los símbolos más importantes que tiene el deporte olímpico argentino. Desde Sydney 2000 hasta hoy, sólo faltaron en el podio en Río 2016; después, estuvieron entre las tres mejores selecciones en todos los Juegos Olímpicos. Y eso incluye también a París 2024.

En un sufrido partido, derrotaron por shoot-out a Bélgica, tras empatar 2-2 y se quedaron con la medalla de bronce.

Tras la dura derrota con Países Bajos en semifinales, el seleccionado “albiceleste”, por historia y actualidad, era el favorito en el duelo por el tercer lugar. Sin embargo, nada era fácil.

Bélgica creció notablemente en el último tiempo, sustentado también en la competencia de su liga local, una de las mejores de Europa. De hecho, el partido arrancó muy favorable para las “Panteras Rojas”, que en su segundo córner corto (que se dio inmediatamente después al primero) se pusieron en ventaja por intermedio de Emma Puvrez.

Durante la primera mitad del partido Argentina fue ligeramente superior, sobre todo después del gol belga, pero le costó tener eficacia en los metros finales. Así las cosas, recién en el quinto córner corto a favor pudo empatar gracias a una arrastrada de Agustina Gorzelany que se clavó en un ángulo, a los siete minutos del segundo cuarto.

Y cinco minutos después, Agustina Albertario, capturó un rebote que dejó la arquera belga Aisling D’Hooghe y que no pudo despejar la defensa rival, y convirtió el 2-1.

El triunfo transitorio, de todas maneras, fue efímero. En la jugada siguiente, Bélgica llegó al empate gracias a Justine Rasir, que capturó un rebote tras un córner corto y anotó el 2-2 que se mantuvo hasta el final del segundo cuarto.

En la segunda mitad, el trámite cambió. Ya no hubo tanta vorágine, ni tantos espacios. Las Leonas tuvieron un poco más la bocha, pero estuvieron erráticas en los metros finales. Bélgica, de contra, intentó explotar los huecos, pero tampoco pudo hacerlo.

Recién en el último cuarto, ambos equipos volvieron a tener córners cortos, aunque tampoco pudieron capitalizarlos. Las Leonas tuvieron su chance a falta de pocos segundos, pero encontraron una gran respuesta de D’Hooghe, la arquera belga.

Así las cosas, igual que en cuartos de final, ante Alemania, el duelo debió definirse por shoot-out, aunque esta vez con una medalla en juego. Y otra vez, como ante las germanas, Cristina Cosentino, arquera argentina, fue la figura.

La “China” tapó las ejecuciones de Vanessa Blockmans y Stephanie Vanden Borre, a lo que hay que sumar el fallo de Charlotte Englebert. Sólo Rasir anotó su ejecución. En Argentina, por el contrario, fue una serie casi perfecta: Lara Casas, Zoe Díaz y Sofía Cairó no fallaron (sólo lo hizo Julieta Jankunas) y decretaron el 3-1 y el desahogo final; entre ellos, el de la tucumana Victoria Sauze, que ganó su segunda medalla olímpica.

“En esta medalla se ve reflejada todo lo que dejamos de lado en Argentina; todo lo que nos costó llegar hasta acá. Es esta medalla, que es de bronce, pero es de oro”, señaló Rocío Sánchez Moccia, capitana de Las Leonas, que disputó sus cuartos y últimos Juegos Olímpicos. Esas declaraciones fueron respaldadas, algunas con más dureza, por sus propias compañeras.

“Argentina tiene mucho para mejorar: desde los dirigentes hasta las jugadoras. Hace muchos años que nos cuesta y sin embargo estamos acá. Ojalá esto pueda cambiar y se siga creciendo”, dijo Gorzelany. “Entrenamos en las condiciones que no son las mejores y el país ya ganó tres medallas. Ojalá el deporte crezca y se le de más bola pero el compromiso no se negocia. Que se valore el deporte porque es súper importante. Y que la medalla sea otro empujón”, disparó, por su parte, Agostina Alonso.

Y las declaraciones de las medallistas tienen su sustento. Por su enorme éxito en los últimos años. En cada Juego Olímpico y en cada Mundial, se espera que Las Leonas estén sí o sí en el podio. Al punto de señalar este bronce casi como una “obligación”. Y eso, muchas veces, hace olvidar que el hockey en Argentina es un deporte amateur; lo que implica una desventaja importante con respecto a los seleccionados europeos, cuyas ligas son profesionales.

De hecho, la de Bélgica es una de las principales ligas europeas, y varias jugadoras argentinas pasaron por allí.

Aún con esa disparidad, en la rama femenina Argentina se subió al podio en seis de los últimos siete Juegos Olímpicos e hizo lo propio en cinco de los últimos seis mundiales (ganó dos); además de ganar un oro olímpico y obtener un bronce mundial en la rama masculina.

Claro; eso no necesariamente es consecuencia de una buena estructura sino, principalmente, por el talento y el esfuerzo de las jugadoras y de muchos clubes.

La medalla de Las Leonas es un éxito para celebrar porque es apenas la tercera en estos Juegos Olímpicos. Pero también, como lo marcan las propias protagonistas, debe servir para impulsar el deporte que, en Argentina, necesita mucho mayor apoyo.