El especialista en educación Juan María Segura, expresó su desacuerdo con la prohibición, en CABA, del uso de celulares en el aula durante una entrevista de LG Play con el periodista José Nazaro.

En tono irónico, dijo: “los chicos se van a pasar el día en el baño porque es el único lugar donde no está prohibido que usen el celular”. Más allá de la broma, argumentó que según estadísticas globales, una persona promedio pasa unas seis horas y media conectada a Internet cada día, y en Argentina, esta cifra asciende a ocho horas y media. En el caso de los menores, la cifra es aún mayor ya que alcanza las nueve horas diarias. ¿Y qué hace la gente cuando se conecta a internet”. Segura subraya que tres de las seis principales actividades son informarse, actualizarse y aprender a hacer cosas. “Tenemos una herramienta que está siendo utilizada intensivamente, porque es una nueva herramienta de época, y la escuela lo que hace es: como el docente no se siente confiado en cómo gerencia su aula, pedirles a los chicos que no lleven esa herramienta ‘disruptiva’ al aula; me parece un abordaje equivocado”, enfatizó.

“No creo que haya una sobreabundancia de celulares en el mundo, sino que hay una carencia de padres y docentes interesados en encontrarle a esa herramienta una buena organización”, destacó. Según él, es esencial enseñar a los jóvenes a autogestionarse y utilizar sus dispositivos de manera responsable, en lugar de simplemente prohibir su uso.

En lugar de prohibiciones, Segura aboga por un enfoque que trabaje con los estudiantes para ayudarlos a desarrollar una conciencia crítica sobre el uso de la tecnología.

¿Alcanza el presentismo?

Uno de los argumentos más repetidos por quienes apoyan la prohibición de los teléfonos móviles en las aulas es la distracción que estos generan. Sin embargo, Segura cuestiona esta premisa, argumentando que la presencia física de los estudiantes no garantiza la atención ni el aprendizaje efectivo. “El presentismo no genera atención, es solo presencia física, no necesariamente atención ni mucho menos involucramiento activo”, subraya.

Yerba Buena también prohíbe los celulares en una escuela

Según él, la llegada de los teléfonos móviles ha puesto en evidencia un problema más profundo en el sistema educativo: la falta de interés de los estudiantes por los métodos tradicionales de enseñanza. “Gracias a Dios hay celulares en la casa, así los docentes se dan cuenta de que estábamos montando un simulacro de aprendizaje que no generaba ningún interés”, concluye Segura, llamando a una reflexión más profunda sobre cómo adaptar la educación a las realidades del siglo XXI.