El informe preliminar de la autopsia de Susana Beatriz Montoya reveló que la causa de su muerte fue un golpe en la cabeza y estrangulamiento. Montoya, de 74 años, era la viuda de Ricardo Fermín Albareda, un militante del PRT y exsubcomisario desaparecido durante la última dictadura militar argentina. Su cuerpo fue encontrado por su hijo, Fernando Albareda, miembro de la agrupación HIJOS, en el patio de su casa en Córdoba. Junto al cadáver, se encontraron amenazas en la pared dirigidas a la familia, incluyendo "Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policia".

La investigación está a cargo del fiscal Juan Pablo Klinger, quien confirmó que la muerte de Montoya se debió a un "traumatismo de cráneo y asfixia mecánica por estrangulamiento". Ricardo Fermín Albareda, su esposo, fue secuestrado y sometido a brutales torturas antes de su desaparición en 1979, en un caso de crímenes de lesa humanidad que involucró a la policía de Córdoba. Este hecho, conocido como la "Causa Albareda", resultó en condenas para varios responsables, incluyendo a Luciano Benjamín Menéndez.

Fernando Albareda, al encontrar el cuerpo de su madre, recordó haber sido amenazado anteriormente con balas y mensajes intimidantes. Esto ha generado preocupación y consternación entre los organismos de derechos humanos de Córdoba, quienes han solicitado una investigación urgente y protección para la familia. Las amenazas contra Montoya y su familia, que incluían referencias a la policía, aumentan las sospechas y la gravedad del caso.

La agrupación H.I.J.O.S. emitió un comunicado condenando el asesinato de Susana Montoya y las amenazas recibidas por su familia. Exigen justicia y seguridad para Fernando Albareda y sus allegados, resaltando el peligro de los discursos de odio que, según ellos, pueden desencadenar en actos violentos. El caso destaca las tensiones persistentes y la falta de depuración en las fuerzas policiales respecto a su pasado en la represión dictatorial.