“Se despacharon 7.500 lingotes de oro de nuestras reservas, fuera del país, el segundo embarque en dos meses” y mientras tanto nosotros nos volvemos a ilusionar con las Olimpíadas en Francia y el oro que pueden traer nuestros deportistas, que están llegando a dedo a la Villa Olímpica, ya que no hay plata para los atletas, pero sí para los viajes de placer de la familia real gobernante. Mientras tanto nos llenamos la mente y el pensamiento de lo que pasa en Venezuela, de si asumió Gallardo en River, justo cuando estamos distraídos y hacen la próxima entrega de nuestro patrimonio. ¿Alguien se preguntó con qué fin, creíble, se están sacando nuestro oro del país? Los hechos nos dicen que estamos peor que palo de gallinero, cocinamos a diario sueños y esperanzas y masticamos bronca y odio. ¿No será que están preparando un gran escape, asegurando y preparando un inminente exilio, o dorado cuento del tío, o un autoembargo, o autogolpe de Estado, o robo del siglo? Algunos dirán: mucha ciencia ficción; pero recuerden que mientras los perros pelean los gatos hacen fiesta. Al único “Maligno” que adoramos todos los argentinos es al hermano boliviano y argentino por adopción, José “Maligno” Torres, que deslumbró al mundo con sus trucos sobre su bicicleta, conquistando un galardón de oro olímpico para Argentina, en la hostil Francia. ¡Gloria, honor y agradecimiento, por regalarnos la mejor maldad, hermano José!

Francisco Amable Díaz  

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