El desayuno es ese momento del día que muchos especialistas recomiendan no saltearse. Una de las explicaciones más usuales de la importancia de esta comida se trata del aporte energético que supone para todo nuestro día. Pero existe un motivo de igual relevancia y es que esta comida puede ayudar a prevenir la diabetes tipo dos si se realiza temprano.

¿Qué es lo primero que siente una persona con diabetes?

Nuestra sangre es la encargada de llevar los diversos nutrientes a las distintas partes de nuestro cuerpo y así mantener su funcionamiento. Este tejido se ocupa de llevar la glucosa a las células, necesaria para que estas puedan realizar su cometido. La glucosa o azúcar es el combustible de nuestro organismo, pero cuando los niveles son altos y esta se acumula en la sangre puede dar lugar a enfermedades de mayor gravedad como la diabetes.

¿Cuál es la relación entre los horarios de las comidas y la diabetes?

La diabetes es una enfermedad que ocurre cuando los niveles de glucosa en sangre son demasiado altos. Esto provoca que la insulina, hormona que ayuda a que el azúcar entre a las células, sea producida en menor cantidad o no usada correctamente lo que provoca que el combustible no llegue a las células, lo que asu vez puede producir daños en distintos órganos como los ojos, riñones y corazón.

Por ello es fundamental tener en cuenta cuáles son esos factores que pueden aumentar los riesgos de padecer esta enfermedad. Un estudio publicado en la Revista Nacional de Medicina de los Estados Unidos dio cuenta que un hábito común entre las personas como lo es el desayunar tarde por la mañana puede aumentar las probabilidades de padecer esta afección.

La investigación consistió en un grupo de más de 100.00 participantes. En este se buscó identificar la relación entre el horario de las comidas y la incidencia que estas tienen en el desarrollo de la diabetes en personas adultas. La dinámica se basó en que los participantes llenaban en un registro en línea lo que habían comido y bebido durante 24 horas, en tres días no consecutivos, así como los horarios. El equipo investigador hizo un promedio del registro de dieta de los dos primeros años de seguimiento, y evaluó el estado de salud de las y los participantes a lo largo de los años siguientes (siete años en promedio).

Cuanto menos tarde comemos menores son las probabilidades de padecer diabetes

Los resultados fueron contundentes ya que revelaron que el riesgo de  desarrollar la enfermedad fue significativamente mayor en el grupo de personas que desayunaban habitualmente después de las nueve de la mañana, comparado con las que desayunaban antes de las ocho de la mañana. “Biológicamente, esto tiene sentido, ya que se sabe que saltar el desayuno tiene un efecto sobre el control de glucosa y de lípidos, así como de los niveles de insulina”, explica Anna Palomar-Cros, investigadora y primera autora del estudio.

A su vez la investigación dio cuenta que aquellas personas que cenaban temprano veían reducidas sus probabilidades de padecer esta enfermedad. “Nuestros resultados sugieren que una primera comida antes de las ocho de la mañana y una última antes de las siete de la tarde podría ayudar a reducir la incidencia de diabetes de tipo dos,” concluye Manolis Kogevinas, co-autor del estudio. Así esta investigación destaca la importancia de los horarios de nuestras comidas y su incidencia en nuestra salud destacando que los horarios más tempranos pueden colaborar a nuestro bienestar.