Muchos tucumanos recuerdan a los placeros, esos trabajadores que no sólo mantenía el orden y la limpieza, sino que también fomentaban un sentido de pertenencia y comunidad entre los vecinos. Actualmente, cuando el ritmo acelerado de la vida ha diluido estos vínculos, rescatar la figura del placero podría revitalizar estos paseos como lugares seguros y acogedores. Eso está pasando ahora con la plaza Independencia, donde desde esta semana tres placeros se turnarán para cuidar el principal paseo público de la ciudad. Amalia Goitia, Juan David Gómez y Juan Carlos González fueron designados por la intendenta, Rossana Chahla, para este rol.

Silbato en mano, ellos serán los responsables de velar por el resguardo del equipamiento, mobiliario, jardines, plantas y árboles de la plaza.

Durante el acto en el que fueron puestos en funciones, la intendenta Chahla destacó la historia y el compromiso de Amalia, una vecina de 72 años que conoció durante un recorrido por el Paseo de la Independencia. “Con su silbato en mano y una sonrisa, nos contó sobre su pasión por mantener limpias nuestras plazas. Su compromiso y amor por nuestra ciudad es inspirador. A partir de ahora, todas las mañanas, encontraremos a Amalia en la plaza Independencia, cuidando de ella y colaborando con las distintas reparticiones municipales”, dijo la jefa municipal.

Amalia presta el servicio de 7 a 12; Juan Carlos lo hace de 13 a 18, y Juan David Gómez, de 18 a 23. Ellos se encargarán de prevenir actos de vandalismo o el mal uso del mobiliario urbano para ayudar a conservar los jardines, el equipamiento y las instalaciones. También podrán alertar sobre cualquier situación de inseguridad o de vandalismo a la Patrulla de Protección Ciudadana (PPC) de la Municipalidad.

“Ellos están muy contentos, al igual que mucha gente que nota el cambio en la ciudad. Están dispuestos a colaborar para que siga creciendo San Miguel de Tucumán”, manifestó.

Mirta Olivera, directora General de Intendencia, repartición de la que dependen los placeros, adelantó que la Municipalidad está analizando replicar la iniciativa de los placeros en otros paseos de la ciudad.

El orgullo de servir

“Con este silbato cuido la plaza, las plantas, los jardines. Para mí es un orgullo, me siento muy feliz, muy orgullosa y emocionada porque me siento activa, me gusta servir a la comunidad. Me gusta estar atenta a todo lo que se necesita”, compartió Amalia en declaraciones a la prensa.

SÍMBOLO. El silbato es el instrumento que distingue a estos cuidadores.

Recordó el momento en que conoció a la intendenta y se mostró contenta por haber sido escuchada. “Una tarde la veo a la doctora Chahla con toda su gente al frente de la Casa Histórica. La saludé, la felicité por las plantas que había puesto en las plazas y todos los arreglos que están haciendo y le conté que con el silbato cuido las plantas”, relató.

A sus 72 años y madre de cuatro hijos, recomendó mantenerse activa para conservar la salud, la jovialidad y prevenir enfermedades. También destacó la importancia del respeto. “Que los jóvenes respeten a los mayores y también los mayores debemos respetar y tratar bien a los jóvenes, a los niños. Porque si yo no respeto no me van a respetar”, reflexionó.

Juan Carlos, de 55 años, también manifestó su alegría. “Me siento orgulloso de ser parte de este proyecto”, dijo. Contó que ver la ciudad bella es su gran anhelo. “En un momento fuimos el Jardín de la República y no me cabe la menor duda de que lo vamos a volver a ser”, sostuvo.

APASIONADA POR LAS FLORES. Amalia está feliz de cuidar las plantas.

Juan Carlos se mostró complacido por la iniciativa de recuperar la figura del placero. “Tengo el recuerdo de mi infancia. En Leales, donde he sido criado, solía escuchar a mis abuelos y a mis padres hablar del placero y ese respeto que existía. Ahora ser parte de esto para mí es un orgullo y estamos para aportar un granito de arena y hacer lo mejor de nuestra parte, con responsabilidad, dialogando con la gente”, manifestó.

La historia de Amalia, la primera placera de San Miguel de Tucumán

En tiempos cuando el espacio público cobra mayor relevancia para la vida urbana, rescatar la figura de los placeros, sin dudas es imprescindible para preservar la integridad y la funcionalidad de estos lugares emblemáticos de cada ciudad o barrio.