Alrededor de 400 personas, entre productores, técnicos y personas vinculadas al sector, participaron de la XXIIIª Reunión Técnica Nacional de la Caña de Azúcar, organizada por la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca), que se llevó a cabo el martes y miércoles pasado, en la se de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT).

El encuentro contó con la presencia de autoridades provinciales y universitarias, así como representantes del Centro Azucarero Regional de Tucumán, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat). Además, participaron técnicos disertantes de Brasil y de Colombia, y asistieron representantes de asociaciones de productores y de ingenios de Tucumán.

Durante el evento se presentaron avances significativos en investigación, en desarrollo y en innovación tecnológica en la agroindustria sucroalcoholera.

La Eeaoc, como es habitual, tuvo una participación destacada con la presentación con numerosos trabajos producidos tanto por técnicos del área agrícola como de la industrial.

Al inicio de las actividades, que arrancaron desde la mañana misma del martes, el presidente de la Satca, Jorge Scandaliaris, destacó los profundos cambios globales en el desarrollo tecnológico de la caña de azúcar. “El espectro mundial donde se desenvuelve el desarrollo tecnológico de la caña de azúcar se modificó sustancialmente; y por esa circunstancia en esta reunión contamos con una numerosa y distinguida participación de expertos de Brasil y de Colombia, a quienes les agradecemos que van a enriquecer el análisis y las conclusiones del evento”, remarcó.

“Hoy seguimos conectados con las instituciones, empresas, científicos, tecnólogos, referentes de la caña de azúcar del mundo, para que esta actividad siga operando en la frontera del conocimiento mundial de la caña de azúcar”, añadió.

Impacto económico

Scandaliaris también realizó un recorrido por la historia y el impacto de la agroindustria azucarera en la región. “Después de tantos años en que la agroindustria estuvo contribuyendo a la región y al país, es oportuno mencionar algunos números que den una idea del significado de su importancia actual después de más de dos siglos de vida. Tomando como ejemplo el año pasado, y precisando que una fuerte sequía limitó considerablemente las posibilidades, el aporte de sus principales productos: azúcar, alcohol, papel y generación de energía eléctrica sumó una facturación superior a los U$S 2.000 millones. El valor señalado ubica a  esta actividad agroindustrial, como la más importante del noroeste argentino”, subrayó.

En cuanto al impacto económico, Scandaliaris destacó la contribución del sector a la balanza comercial del país. “Se debe comentar en este análisis la contribución a la balanza comercial del país; el valioso aporte de divisas mediante la exportación de azúcares por un lado que, entre paréntesis, este año alcanzará la suma de U$S 255 millones y, por otro lado, el ahorro de U$S 1.500 millones que se tendría que haber erogado (hablamos del país) por importación entre naftas y tolueno, si no existiera el programa Bietanol”, dijo.

A todo ello, agregó la importancia económica y social para el NOA, que significan los 200.000 puestos de trabajo que contabiliza el sector. “Estamos hablando de todo el norte, de las provincias Tucumán, Salta y Jujuy”, detalló Scandaliaris.

Mirando hacia el futuro, el presidente de la entidad enfatizó la necesidad de adaptación y crecimiento continuo. “Hoy en día el mundo ofrece grandes oportunidades para seguir creciendo en materia bioenergética. Y el sector sucroalcoholero se quiere preparar para afrontar una nueva etapa de crecimiento sobre la base de la capacidad emprendedora de industriales y productores, y el apoyo de instituciones y técnicos con el fin de generar conocimientos e innovaciones que sean útiles para solucionar los problemas y mejorar la eficiencia productiva de la caña de azúcar”, remarcó.

Scandaliaris hizo un llamado a la acción global. “En consideración a las enormes dificultades que debe afrontar el planeta por los cambios de su atmósfera, el bioetanol en particular y la bioenergía en general no tienen la valoración que se merece por la gran contribución que pueden realizar. Con respecto a este tema, cabe una reflexión: los dirigentes de los principales países deberían establecer políticas que definan un nuevo orden mundial para los productos bioenergéticos. En este sentido, hace falta un cambio paradigmático que termine valorizando adecuada y definitivamente a los productos derivados de la bioenergía”, recalcó.

Por último, el investigador indicó que se ha organizado la XXIIIª reunión de la Satca con el espíritu de construir un fructífero intercambio científico-tecnológico entre de todos los asistentes. “Mejorar nuestro sistema productivo y darle mayor competitividad y sostenibilidad será fundamental para aspirar a seguir creciendo en beneficio de un país mejor”, puntualizó Scandaliaris.