La agroindustria de la caña de azúcar de Argentina está transitando su tercer siglo de actividad continua. Fue la primera industria pesada del país; y acompañando la instalación de cada ingenio, se desarrollaron pueblos y ciudades, se establecieron numerosas Pequeñas y Medianas Industrias (PYME) de apoyo al sector y nacieron múltiples pequeños negocios para atender las crecientes demandas de las comunidades. “La urbanización se completó con el trazado de caminos, rutas, y vías ferroviarias para facilitar el transporte y la conexión”, recordó el presidente de la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca), Jorge Scandaliaris, al inicio de la XXIIIª Reunión Técnica Nacional de la Caña de Azúcar, que se realizó la semana pasada en Tucumán.
Al ritmo del entusiasmo y la pasión que le imprimieron los pioneros, se generaron riquezas y puestos de trabajos, que determinaron que Tucumán se convirta en la provincia más densamente poblada del país. “Al compás de este crecimiento de la industria azucarera surgieron notables dirigentes políticos, que fueron decisivos para definir un rumbo y concretar un desarrollo de Argentina”, añadió.
La historia da cuenta de dificultades de todo tipo, que se supieron resolver. “Para facilitar la solución de problemas, sus principales dirigentes e instituciones estuvieron fuertemente conectados con el mundo azucarero, en la época en que Java, Hawaii, Cuba, EEUU y Australia tenían los centros más importantes de innovación tecnológica de la caña de azúcar”, dijo.
Por ese entonces, la Argentina mantuvo un activo y productivo intercambio con las citadas regiones, y sus instituciones aportaron soluciones y formación de recursos humanos, que no solo sirvieron para el país, sino que también aportaron al mundo del azúcar. “Hoy, el espectro mundial donde se desenvuelve el desarrollo tecnológico de la caña de azúcar se modificó sustancialmente; y por ello en esta XXIIIª reunión de la Satca contamos con una numerosa y distinguida participación de expertos de Brasil y Colombia, que van a enriquecer el análisis y las conclusiones del evento”, señaló. Y agregó: “Hoy seguimos conectados con las instituciones, empresas y científicos y tecnólogos referentes de la caña de azúcar del mundo para que esta actividad opere en la frontera del conocimiento mundial de la caña de azúcar”, destacó.
Después de tantos años, durante los cuales la agroindustria estuvo contribuyendo a la región y a la Argentina, la importancia socioeconómica que esta actividad le dio al país es muy grande y rotunda. “Debido a ello, quienes nos encontramos trabajando en esta actividad tenemos la certeza que después de más de dos siglos de trabajo de esta actividad agroindustrial, con muchos vaivenes, el futuro que nos depara es muy bueno. Pero se debe ser muy eficiente produciendo y cuidadoso de nuestro ambiente para que esta actividad siga siendo un pilar productivo de la región y del país”, finalizó Scandaliaris.