El cáncer de cabeza y cuello es una enfermedad que puede afectar a la boca, la nariz, los senos paranasales, glándulas salivales, la garganta y la laringe. Este tipo de afección es capaz de propagarse rápidamente por todo el cuerpo debido a que las células cancerosas se multiplican sin control, por ello es fundamental tener en cuenta ciertos hábitos para prevenir esta grave enfermedad.

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El cáncer de cabeza y cuello es una enfermedad que comienza en los tejidos húmedos que cubren la cabeza y el cuello. Luego las células cancerosas pueden propagarse a tejidos más profundos del cuerpo. Las partes más comunes afectadas suelen ser la laringe; incluyendo la glotis; la cavidad oral como la lengua, el piso de la boca y la mucosa bucal y la orofaringe que incluye las amígdalas y el paladar blando.

Esta afección es mucho más frecuente en mujeres que en hombres así como la incidencia del mismo aumenta con la edad. Esta diferencia se debe en su mayor parte a una cuestión estadística, debido a que el consumo de tabaco, uno de los mayores factores de riesgo de esta enfermedad, es más frecuente en hombres que en mujeres, a la vez que la infección oral por el papilomavirus humano, que aumenta los riesgos de cáncer de orofaringe, es mayormente detectado en hombres.

¿Cómo prevenir el cáncer de cabeza y cuello? los hábitos que debemos adoptar

Las estrategias que debemos adoptar para evitar este padecimiento son varias pero entre ellas se incluye la ingesta diaria de vitaminas. Es importante incluir en nuestra dieta frutas, verduras y cereales integrales que aportan vitaminas A, C, ácido fólico, Complejo B, E y K que previenen su aparición. A su vez el alto consumo de carnes y pescados curados con sal pueden aumentar el riesgo.

Una buena higiene bucal es fundamental para prevenir este padecimiento, a la vez que es importante realizar controles bucales periódicos. A la misma vez controlar las exposiciones al sol es esencial para cuidarnos de esta afección. Mantenerse alejado del mismo entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde así como evitar el bronceado en interiores puede reducir los riesgos.

Por último, limitar el consumo de alcohol y de tabaco es una de las estrategias más efectivas. En el caso del primero, lo mejor es restringirlo a dos tragos al día en el caso de los hombres y uno en el de las mujeres. Por otro lado, el evitar el humo del tabaco puede reducir el riesgo de padecer este tipo de cáncer.