Así, sorprendido entre las ansias del debut y los últimos detalles de organización logística, Jorge Moya da los datos que permiten construir la historia que mañana, desde las 16, tendrá una de las páginas más importantes. El éxito o no quedará plasmado, en el corto plazo, a fin de año; hay ansias de ascenso. En el largo plazo está el sueño ambicioso, difícil pero no imposible de ser equipo de primera división del fútbol argentino. “El club tiene 111 años”, explicó Moya. Él es el presidente de Defensores de El Mollar el club que le da el nombre legal (tiene personería jurídica) a Unión del Valle, equipo que jugará en la Primera B de la Liga Tucumana de Fútbol.
El combinado es una fusión total de jugadores de esa parte magnífica de las montañas calchaquíes donde se parten, en el corazón del cerro a más de 2000 metros de altura. Ese más de centenar de años permite tener una referencia de cuándo comenzó a jugarse al fútbol en las alturas.
Se podría decir que Unión del Valle es producto del efecto “Scaloneta”. Eligen creer, como pasó en Qatar 2022 con la Selección. Perder en el momento menos esperado, la final infartante, más todas las emociones sanas ya conocidas que produjo una generación de futbolistas con gen ganador. Todo se convirtió en inspiración en varios ámbitos, no sólo el deportivo. En el caso del debutante en el torneo, tomaron el ímpetu del ejemplo: no tuvieron freno al estar en un lugar alejado, en el que las condiciones climáticas y geográficas son más amigables para otras disciplinas deportivas.
Pero el fútbol es distinto, se lleva bien con todo. Por eso es que las puertas de la Liga, encabezada desde hace menos de un año por Eduardo Monteros, se abrieron de par en par. Sin dudas, es muy seductor tener en el torneo un equipo que juegue a tanta altura a nivel del mar. Quizás el desafío en cuerpos técnicos y jugadores generará un poco de incertidumbre por las dificultades de jugar tan por encima del nivel del mar, pero la misma sensación tendrá Unión del Valle cuando tenga que descender al llano.
“No le veo mucha ventaja”, reconoció Oscar Gramajo. Él será el director técnico de Unión del Valle. Podría hacer que sus jugadores se refugien en ese factor, que se sientan fuertes desde una virtud ajena a ellos que les dio la naturaleza misma. Sin embargo, los hechos le demostraron que no serviría de mucho. “Durante la preparación nos visitaron equipos como Almirante Brown, Lastenia y Famaillá, entre otros. Por fortuna, o empatamos o ganamos. Pero por cómo se jugaron los partidos, la altura no los afectó para nada. A veces los resultados son mentirosos: nos llegaron, pero no convirtieron tanto, solo fuimos más eficaces al momento de convertir”, analizó Gramajo.
El presidente del club piensa que un poquito más de ventaja si le pueden sacar a esa singular situación. “Les va a costar creo. Uno es de acá y ve que al principio les cuesta un poco”, marcó el directivo mollarense que, junto a Mario Sánchez de Tafí del Valle, son las cabezas dirigenciales del club. Es más complicado porque el oxígeno falta, sí, pero hacer deporte con el marco de los paisajes majestuosos es como una recompensa. Por citar un ejemplo, el Seven de Tafí del Valle hace que los atletas se animen a jugar en altura. La experiencia en 2025 cumplirá 25 ediciones y es esperada por los mejores rugbiers de juego reducido del país.
Los planteles de Unión del Valle son de categoría Sub-20 y Primera entre los que suman 66 y, según Gramajo, los llamados a las convocatorias que se hicieron desde principios de año fueron muy concurridas. “No fue difícil formar los equipos. Todos están muy comprometidos y entusiasmados por ser parte de algo histórico porque nunca un equipo del valle participó en la Liga Tucumana. Ahora los chicos tienen cerca un club que les permitirá mostrar sus cualidades a nivel provincial, cerca de su casa y permitirse soñar con llegar a jugar en otros niveles”, celebró el técnico con pasos por Santa Rosa y Santa Lucía.
Estar en una divisional de una Liga afiliada a la AFA es un dato que los habilita a muchos beneficios para poder competir en más torneos, no sólo en las ligas internas (en El Mollar hay 12 clubes y 15, en Tafí del Valle) o en la local provincial; ahora ya estarán en el radar nacional.
La proyección será mayor y con esas intenciones los futbolistas respondieron a los llamados. Entre ellos, Álvaro Monroy, quien a los siete años empezó a jugar en el club tafinisto Zavaleta y luego en El Rincón, de El Mollar. “De igual a igual, así nos preparamos porque queremos estar al mismo nivel de los que vienen jugando el torneo”, anunció el capitán de Unión del Valle. Sus 18 años lo posicionan como el más joven del plantel que tiene un promedio de edad de apenas 28 años con Alejandro Mamaní, de Tafí del Valle, como el más longevo. En la elección de la capitanía, claramente, poco tuvo que ver la cantidad de años, pesaron otras cualidades y a Godoy lo asombró. “Me sorprendió porque soy el más chico. Es mi primera vez como capitán y me gusta”, reconoció el aspirante a la carrera de Policía. “Nos tocó un grupo difícil porque todos tienen la experiencia que nosotros no, pero nos gusta la responsabilidad que tenemos”, aseguró el mediocampista.
Primera fecha (viernes)
Reserva desde las 13.30, Primera 16
Alto Verde-Unión Simoca
La Providencia-Jorge Newbey
San Juan-Unión del Norte
San Lorenzo (Delfín Gallo)-Santa Ana
Ingenio Viejo-Unión del Valle (cancha de Mercedes)
Talleres-All Boys