Entre los más de 10.000 deportistas que compiten en los Juegos Olímpicos de París, hay historias de las más variadas. Una de las más sorprendentes es la de Jack Laugher, clavadista británico que se respalda económicamente con una cuenta de OnlyFans.

Laugher no es un deportista cualquiera dentro de los clavados. Fue campeón olímpico en Rio 2016 en la prueba de trampolín 3m sincronizado, y bronce en Tokio 2020 en la misma prueba pero individual, además de haber logrado varias medallas en Mundiales.

Sin embargo, el gobierno de Gran Bretaña sólo le paga 28.000 libras (aproximadamente 35.000 dólares) por año, y por la dificultad de conseguir sponsors, recurrió a la aplicación de contenido para adultos para obtener dinero extra, que le permita sostener su carrera.

“No hay mucho dinero en los clavados, así que haré cualquier cosa para ganar un poco más de dinero. Tengo algo que la gente quiere, y lo venderé con gusto. Es una manera muy, muy buena para mí de ganar algo de dinero extra”, explicó en una entrevista con el medio británico Daily Mail, asegurando que no vende desnudos, sino que su contenido es “Safety for Work” (seguro para el trabajo).

“Mi papá me decía: ‘Pones cosas en Instagram, pero cuando el producto es gratuito, como lo es en Instagram, tú eres el producto”, agregó Laugher.

La historia detrás del atleta misterioso que se lanzó a la pileta y causó sensación en los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos de París 2024 están apenas en su segundo día de competencia tras la ceremonia inaugural, pero ya han surgido historias memorables. Desde sorpresas durante el desfile de los atletas por el río Sena, hasta eventos en diversas disciplinas, como el escándalo en el partido entre Argentina y Marruecos, donde la delegación “albiceleste” fue agredida por los simpatizantes africanos.

Uno de los acontecimientos más curiosos ocurrió en la piscina de La Défense Arena en Nanterre. En un ambiente lleno de deportistas de élite, un hombre desconocido destacó y se ganó la ovación del público presente en el impresionante recinto deportivo. Mientras las nadadoras se preparaban para una serie, un individuo de mediana edad, con un físico poco atlético y sin traje de baño técnico, pero con gran seguridad, atrajo todas las miradas. Así, se colocó junto al borde de la piscina, se lanzó al agua y buceó hasta el fondo.

La audiencia estalló en un murmullo de asombro. ¿Qué estaba pasando? La incertidumbre se apoderó de los asistentes y de los millones de espectadores que seguían la competencia por televisión.

¿Era alguien buscando su momento de fama? Esto parecía improbable dado el impresionante despliegue de seguridad que protege cada prueba de los Juegos.

Pronto se reveló la identidad del individuo y su propósito en la piscina: era un miembro del equipo organizador presente en el lugar, que se había lanzado al agua para recuperar un gorro perdido por una nadadora, permitiendo así que la siguiente serie pudiera comenzar. Emma Weber, integrante del equipo de Estados Unidos, había perdido su gorro durante su serie en las preliminares de los 100 metros y debía ser rescatado.