SAN CRISTÓBAL, Venezuela.- Vanessa despidió a su hija. Brando ha visto a sus amigos partir. En la frontera de Venezuela con Colombia, la migración domina las conversaciones durante una elección que decide entre la continuidad del presidente Nicolás Maduro o un cambio con el opositor Edmundo González Urrutia.

La ONU estima que más de 7 millones de venezolanos han migrado durante el gobierno de Maduro, quien ayer se presentaba a elecciones en busca de un tercer mandato, tras 11 años en el poder.

“Es muy triste, demasiado triste. A todo el mundo le toca”, dice Vanessa Tolosa, de 39 años, tras votar en San Cristóbal, en los Andes venezolanos, cerca de la frontera con Colombia.

Su hija vive en Colombia junto a su padre, y es parte de un fenómeno migratorio que despierta preocupación en América Latina.

“Duele mucho, porque separarse de la familia es lo más difícil que puede haber”, cuenta Tolosa, quien trabaja en un supermercado en el que circulan habitualmente dólares y pesos colombianos en lugar del depreciado bolívar local. “¡No vale nada!”, lamenta.

En el estado Táchira, como suele pasar en la provincia, en especial en zonas fronterizas, los apagones eléctricos son cotidianos y la falta de combustible obliga a hacer kilométricas filas en gasolineras.

“Vivimos peleando por la gasolina, haciendo cola, rogando a Dios que no se vaya la luz para poder trabajar o llegar a casa y tener tranquilidad”, relata Daisy Rangel, una bioanalista que votó con una pañoleta con los colores de la bandera venezolana. Ha visto partir a cuatro de sus seis hermanos. “Nunca me imaginé tener pasar por eso”, expresa.

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela dio ganador a Nicolás Maduro con el 51,2% de los votos

Los centros electorales amanecieron con filas en San Cristóbal, pero la afluencia de votantes empezó a caer al mediodía.

“Es la primera vez que voto”, dice Brando Garza, un panadero de 25 años. “Todos me decían: ‘vaya y vote’. He pensado en irme. Si sigue igual, estoy pensando en irme (...). Es fuerte ver a los amigos irse. Se queda uno solo”.

Según un estudio de la encuestadora ORC Consultores, 18% de los venezolanos se iría en un plazo de seis meses si Maduro prosigue en el poder, y 17% en los siguientes 18 meses.

El gobierno de Maduro desestima las cifras y puso en marcha un plan para repatriar venezolanos llamado “Vuelta a la patria”.

Escala hacia el Darién

A poco más de una hora de San Cristóbal por carretera queda San Antonio, donde está el puente Simón Bolívar, principal paso peatonal en la frontera venezolano-colombiana, atravesado a diario por miles de personas bajo la mirada de militares.

A la vez, San Antonio es escala común entre migrantes que cruzan a pie por pasos ilegales en vía a Estados Unidos, en una peligrosa ruta que atraviesa la selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Más de medio millón de migrantes cruzaron esa jungla el año pasado, de los cuales unos dos tercios eran venezolanos.

“Muchos se van con ilusión de hacer algo y se quedan en el camino. Muchos se mueren por ahí en el Darién”, dice Lucas Ruiz, un hombre de 70 años que sale de votar. Tres de sus cinco hijos decidieron irse de Venezuela y viven en Estados Unidos y Chile.

Ruiz espera que “gane quien gane las cosas se queden en paz (...), porque después los que llevamos el bulto somos la gente de a pie”.