En soledad, Osvaldo Jaldo encendió las luces del estadio, puso la pelota en el centro de la cancha y marcó el comienzo de la próxima contienda que jugará la dirigencia tucumana. Hace 12 días y cuando todos estaban mirando hacia las elecciones de diputados nacionales, el gobernador confirmó que impulsará una reforma de la Constitución. Empujó así a los actores políticos locales a pensar y a prepararse para una instancia electoral que no habían previsto.

Las distintas líneas del oficialismo y de la oposición están desde entonces en pleno movimiento. La novedad -no tan novedosa- reactivó internas, conversaciones y posibles alianzas. El tranqueño había anticipado una reforma política en su primer discurso como mandatario ante la Cámara, el 1 de marzo. Los menesteres de la gestión y la realidad económica y social, sin embargo, lo habían mantenido ocupado y a la espera de un momento político propicio. Apenas pasaron la Ley Bases y el Pacto de Mayo, Jaldo convocó a un acuerdo de gobernabilidad en la provincia y en ese contexto brotó el intento de la modificación de la Carta Magna de 2006.

Asuntos urticantes

Tras la sorpresa, las reacciones más esperadas fueron las del propio peronismo. Sucede que, al mencionar qué cambios impulsaría, Jaldo incluyó asuntos urticantes para los de su propio partido como el fin del sistema de acoples y nada menos que la posibilidad de eliminar las reelecciones para cargos ejecutivos y legislativos.

El primer gesto fuerte provino esta semana desde la Legislatura, más precisamente del vicegobernador. En estos meses, Miguel Acevedo había mantenido el perfil bajo, la concordia y había pasado casi inadvertido por los radares de la Casa de Gobierno. El contragolpe inicial tuvo como ejecutores a cinco legisladores: Cristian Rodríguez, Gerónimo Vargas Aignasse, Gabriel Yedlin, Javier Noguera y Alberto Olea. Los parlamentarios venían trabajando por separado en varias iniciativas y, habría sido por pedido de Acevedo que las habrían reunido para incluirlas en el proyecto para declarar la necesidad de la reforma. El texto es amplio y cuenta con cambios sustanciales. El más llamativo tiene que ver con uno que cambiaría las secciones electorales, la representación parlamentaria y, al tiempo, acotaría los acoples. Menciona la elección de legisladores mediante 11 circunscripciones plurinominales, una zonificación nueva. Buscan, a la vez, atar el máximo de candidaturas por frentes o partidos de cada circunscripción con la cantidad de cargos electivos a cubrir en cada una de estas.

Luego, Acevedo plantó su postura en LA GACETA y se diferenció de su compañero de fórmula en prácticamente todos los puntos polémicos para la política. No consideró conveniente eliminar de cuajo las colectoras ni elegir los convencionales junto con los diputados nacionales ni el asunto de la reelección.

Todos van a jugar

En las entrañas de la Legislatura afirman que la intención fue enviar un claro mensaje político: que Jaldo puede haber dado el puntapié, pero que no jugará solo.

¿Cómo cayó esto en las cercanías de Jaldo? Hubo sorpresa sobre las posturas que llegaron desde el parlamento. Afirmaron que se aceleraron los tiempos y que aún es temprano para avanzar, que aún resta conversar institucionalmente sobre un sinnúmero de temas. “El que se apura queda en offside”, consignaron cerca de la gobernación. Consideran que todo lo que han escuchado hasta el momento son ideas sueltas y no una postura con consenso en el Legislativo. Dicen allí que no fueron pocos los parlamentarios que marcaron teléfonos para despegarse del texto presentado.

En la Casa de Gobierno celebraron que no haya habido expresiones contrarias a la convocatoria en general y afirmaron que ya están trabajando sobre el borrador del mandatario. Aseguraron que cada una de las propuestas que esbozó Jaldo seguirán firmes. Subrayan, sin embargo, que se buscará el consenso de la mayoría de los sectores que serán convocados para avanzar.

El que marcará los tiempos

Adelantan que Jaldo no estaría de acuerdo con acotar los acoples y que no le convencería el sistema de circunscripciones. En el Ejecutivo consideran que deberían mantenerse las secciones electorales Este, Oeste y Capital. También ratificaron que la elección de los convencionales tiene que unificarse con las nacionales, por una cuestión de transparencia y de ahorro. Tampoco buscaría limitar las listas de candidatos a la Convención que permite el sistema de colectoras porque, dicen, podría judicializarse y buscan evitar cualquier inconveniente de este tipo.

Consideran que la ley de necesidad no se sancionaría durante este año. “A los tiempos los marcará Jaldo y será el que acelere o frene”, afirma alguien de máxima confianza del mandatario. En los pasillos del Ejecutivo siguen de cerca el clima social, fundamentalmente por la economía, porque saben que es clave para el ritmo del proceso reformista y que este puede cambiar en un tris. Consignan que por ello Jaldo estará abocado a la gestión en estos meses y que, de reojo, se ocupará de los cambios en la Carta Magna.

Ruidos en la Cámara

En el bloque oficialista hubo diferentes reacciones. Algunos parlamentarios avalaron la presentación; otros se enteraron por este diario del proyecto de sus pares y hubo quienes, invitados, no quisieron estampar su firma en él.

Hay distintas opiniones al respecto entre las bancas de la mayoría justicialista. Los que disienten con el jaldismo rechazaron que el mandatario no haya hablado antes con Acevedo antes de lanzar la reforma. Consideran, por ello, como un acierto el haber dado el primer paso para comenzar a dialogar y a trabajar en conjunto. Están convencidos de que Jaldo hará la reforma con o sin ellos y prefieren poder plantar bandera y poner algunos límites. Dan por sentado el acompañamiento de la oposición y sostienen que el peronismo tampoco pondrá trabas.

Esperan que la Ley de Necesidad pueda avanzar rápido y creen que el gobernador buscará que, a lo sumo, esté en los próximos tres meses. En las charlas, hay una pregunta recurrente ¿Por qué Jaldo impulsa la reforma? Hay varias especulaciones, pero la que más abonados tiene en esta vertiente es la que postula que Jaldo se habría adelantado para poder ir por su reelección. Dicen que el gobernador tendría temor de que eventualmente se judicializara en el futuro su candidatura para estar un período más porque estuvo 500 días como gobernador interino. Afirman que podría ser susceptible a que se produzca un fallo similar al que bajó a Manzur como candidato a vice de la fórmula en 2023. “Puede buscar también una cláusula como la que se le dio a José Alperovich, para que el mandato en curso no cuente”, arriesga un parlamentario. En el Gobierno aseguran que estas teorías son cuanto menos “fantasiosas”.

La suerte está echada

Los justicialistas a los que no les cayó bien la presentación de sus compañeros tienen dos conclusiones: que se mostró debilidad y que fue apresurado. Afirman que el número de firmas fue pequeño como para tener un impacto político de relevancia. Además, consideran que expone una interna de manera muy prematura.

Hay una cuestión en la que hay coincidencia plena en el peronismo y es que el conflicto que se vendrá entre ellos será por el armado de las listas de convencionales. Aseguran que Jaldo los paró en la cancha y que ahora no queda otra que jugar.