El esfuerzo y la constancia tienen resultados con el tiempo. Más en el fútbol; un deporte en el que escasean las oportunidades. “Si vos das lo mejor de manera leal, te va a llegar la oportunidad en el club que sea”, comenta Matías Ignacio García, que disfruta del presente en San Martín. Frente a la lesión de Pablo Hernández, el volante fue titular en los últimos dos partidos y tuvo un rendimiento destacado frente a Quilmes. Claro; acompañado por Gustavo Abregú, el mediocampista equilibró la mitad de la cancha y fue el principal referente de la contención. Así, ambos anularon al medio campo del “cervecero”, hecho que fue fundamental para la gran versión que mostró el “santo”.

El ex Güemes fue una variante constante del DT: jugó 18 partidos (dos como titular) en los que acumuló 512 minutos. “Tenemos un grupo extenso de futbolistas. En los últimos partidos, me tocó a mí; en otros, le tocó a un compañero. Es cierto, que necesitas paciencia y tranquilidad. La experiencia en el fútbol hace que desarrolles esa virtud para esperar a la oportunidad. Lo que es innegociable es la lealtad con tus compañeros. A la larga llega el premio al esfuerzo. Además todos sabemos que en el fútbol siempre hay jugadores que se tienen que quedar afuera. Solo juegan 11. Lo que nos deja tranquilo es que él que esté va a hacer todo lo posible para que el equipo ganara; estoy contento porque en el último partido dimos una muestra de carácter y nos quedamos con los tres puntos”, dice García, que valoró la sociedad que montó con el paulistano.

“Nos complementamos y nos entendemos. Gustavo tiene grandísimas condiciones y es de los mejores jugadores del plantel. Incluso, él está jugando un poquito más adelante, porque tiene la capacidad de adaptarse a ese puesto. Además cuenta con el plus de que está acostumbrado a jugar en el club. Creo que todavía hay cosas por pulir, pero si seguimos compartiendo cancha vamos a afianzarnos más”, explica.

García asegura que la adaptación fue el primer desafío a superar. No solo por las cuestiones futbolísticas, sino que el cambio de ciudad y la idiosincrasia del club son dos factores que poco a poco fue conociendo. “Antes de venir uno siempre pregunta sobre cómo es el club y se lo imagina, pero hay que vivirlo para saber cómo es San Martín. Es un equipo grande, que se le exige y con una gran hinchada que nos alienta de local. Una derrota duele mucho y pesa. Eso nos pone en la obligación de tener que dar todo. Es lindo jugar con esa presión”, indica.

Dentro de la cancha, el ex Güemes asegura que se llevó demasiadas sorpresas positivas de sus compañeros. “San Martín tiene muy buenos jugadores que salieron del club. Gustavo y Juan (Orellana) ya están asentados y jugaron muchos partidos. Pero, hay chicos que vienen de abajo que vienen muy bien como (Ulises) “Mocho” Vera, Alan Cisnero y Mauro Verón. Todos ellos tienen muy buena proyección. Todo se combina con gente de mucha experiencia como Pablo Hernández, Juan Cuevas y Junior Arias. Son jugadores que están consagrados y es un placer entrenar con ellos. Los ves en los entrenamientos y hacen cosas increíbles”, describe.

El volante asegura que la llegada de Matías “Caco” García supuso un desafío comunicacional, que rápidamente fue superado. “A él le dicen “Caco” y a mí más Matías, jajaja. Es raro que dos compañeros tengan el mismo nombre. No me había pasado nunca”, confiesa.

“Él nos ayuda mucho como equipo. Hace pesar demasiado su calidad y su jerarquía. El otro día hizo un partidazo. Junto con Lucas (Diarte) y Máximo (Levi) se adaptaron rápido al equipo”, agrega.

García consideró que San Martín logró cierta regularidad en el desempeño del campeonato. “Somos el equipo que más puntos sacó de las dos zonas. Pero es difícil sostener un nivel alto todos los partidos. Hay muchos altibajos y cambios. Por supuesto que vamos a tener una que otra derrota en lo que resta del torneo. Pero hay que levantarse rápido. Creo que el San Martín que la gente quiere ver no está tan lejos de la realidad; contra San Miguel, los primeros 15 minutos no fueron buenos, pero después nos acomodamos, hicimos el gol, y sacamos adelante un partido. Con Quilmes hicimos el gol, dominamos la pelota, y ellos nos empataron en la única jugada que tuvieron en el primer tiempo; en el complemento, fue mucho más parejo. Esos cambios son normales en el fútbol”, expresa.  

“El objetivo es jugar la final y ascender. La mayoría del torneo estuvimos en los puestos de arriba; solo dos fechas estuvimos cuartos. Además sabemos que enfrentamos a San Martín de San Juan en La Ciudadela”, enfatiza.

El volante también habló sobre las críticas que existen alrededor del equipo. “No tengo casi contacto con la gente. No veo las redes sociales. No sé si me aplauden o no. A mí me interesa solamente la gente que quiere que a San Martín le vaya bien. Hay mucha gente que no quiere eso. Tenemos que estar todos unidos para conseguir los objetivos que nos proponemos”, cuenta.  

“Cuando juego bien, no soy el mejor del mundo; ni cuando juego mal, cambia todo. Soy consciente de mis condiciones. La gente tiene derecho a expresarse, pero cuando pasa una línea de agresividad no me gusta. Sé que es algo normal en el fútbol. Estoy bastante curtido y tengo varios insultos en el lomo. No me afecta. Hay otros chicos que si les afecta y dudan de su juego. Creo que esa no es la manera. Todos tenemos que estar en la misma línea”, completa.

García, por último, opinó que el camino todavía es largo, aunque confía en que el equipo tiene lo necesario para concretar el objetivo. “Por jerarquía, tenemos el mejor plantel de la Primera Nacional”, asegura, confiado en que San Martín tiene lo necesario para lograr el ascenso.