Un adolescente de Cipolletti, la ciudad de Río Negro, pidió ante la justicia eliminar el apellido paterno de su nombre por sentir "indiferencia y abandono". Ante el pedido, una jueza consideró que afectaba la salud mental del niño. Accedió e hizo lugar a la modificación que le permitirá mantener únicamente el apellido de su madre.

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La jueza María Gabriela Lapuente consideró que el pedido era correcto porque afectaba la "salud psíquica y emocional" del menor. El joven, identificado como F, alegó no mantener ningún vínculo con su progenitor y haber sufrido violencia doméstica junto a su madre, situaciones en las que el agresor fue su padre.

Podrá eliminar el apellido paterno por no tener vínculo

En la solicitud de F se incluyeron dos documentos. Por un lado, el demandante redactó un escrito junto a su abogada en el que contó su historia y cómo intervino la figura paterna. Por otro, una psicóloga judicial elaboró un informe pericial para evaluar el estado del menor.

F contó ante tribunales que no guarda relación con su padre, quien estuvo seis años en unión convivencial con su madre, lapso durante el que ambos sufrieron "situaciones de violencia física, emocional y psicológica". Debido a estas situaciones, medre e hijo debieron mudarse a La Rioja en 2014, cuando F era un niño.

Tampoco recibió asistencia económica a lo largo de toda su vida por lo que su progenitor incumplió con el pago de cuota alimentaria. La solicitud se originó por la falta de identificación que siente F hacia el apellido paterno al que considera "una carga".

Para dar lugar al pedido, la parte demandante recurrió al derecho a la identidad. Según el Código Civil y Comercial de la Nación, estas modificaciones pueden darse si existen motivos justos a criterio del juez.

“En función de lo expuesto, encuentro que está probado que la portación y utilización del apellido paterno ha afectado a F, por su falta de identificación, comprometiendo su salud psíquica y emocional”, concluyó la magistrada en la sentencia.