Mañana se conmemora el Día Mundial de las Hepatitis Virales, fecha designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para sensibilizar a la comunidad sobre el impacto global de esta patología, promover la prevención, el diagnóstico temprano y el acceso al tratamiento.

En este contexto habrá campañas de detección con testeos gratuitos en hospitales públicos de todo el país, incluidos los de Tucumán, desde hoy y hasta el sábado próximo.

“La hepatitis C es una enfermedad que la mayoría de las veces no da síntomas, por eso es tan importante realizarse el test por lo menos una vez en la vida. Campañas como la que estamos lanzando a nivel nacional son oportunidades inmejorables para hacerlo. Si el testeo -que es rápido e indoloro- da negativo, la persona sigue con su vida. Si, en cambio, da positivo y luego se confirma el diagnóstico, los profesionales de la salud acompañaremos a la persona para que pueda curarse y evitar complicaciones potencialmente severas a futuro”, dijo el doctor Esteban González Ballerga, presidente de la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE), en un comunicado conjunto de esta institución y el Ministerio de Salud de la Nación.

Subdiagnóstico

El informe destaca que preocupa el elevado subdiagnóstico en Argentina y en el mundo. Se calcula que -en nuestro país- entre seis y siete de cada 10 personas que tienen el virus lo ignoran, lo que refleja la necesidad de trabajar en mejores mecanismos de detección y en seguir concientizando a la comunidad para que cuide la salud de su hígado tanto como cuida la de su corazón u otros órganos.

“El estudio para detectar hepatitis B y C es sencillo, pero lamentablemente no se encuentra entre los análisis de rutina que el médico de cabecera solicita en un chequeo habitual. Sobre ese punto también tenemos que trabajar los hepatólogos, gastroenterólogos e infectólogos, que somos los que estamos más cerca de esta enfermedad todos los días. Tenemos que comprometernos a difundir la importancia de pedir este estudio entre los demás profesionales de la salud, como los clínicos, cardiólogos, endocrinólogos, ginecólogos y geriatras, entre otras especialidades”, remarcó el doctor Juan Carlos Bandi, vicepresidente de la SAHE.

Hepatitis C: dónde podés hacerte una prueba de detección gratuita

“Una persona puede tener hepatitis C y no saberlo durante décadas. Si se deja estar y pasan los años, lamentablemente llegará al diagnóstico cuando el daño hepático sea avanzado y tal vez presente grados de cirrosis, riesgo de cáncer de hígado y necesidad de recibir un trasplante. Todo esto puede evitarse testeándose a tiempo, por eso este año la idea de la SAHE es empoderar al paciente y que ellos le soliciten el test a su médico de cabecera”, explicó el doctor Manuel Barbero, de la SAHE.

Desconocimiento

Por prejuicio o desinformación, muchas personas creen que no estuvieron expuestas al virus o que están protegidas por las vacunas, pero la hepatitis C no es de las hepatitis que pueden prevenirse con vacuna (esas son la A y la B) y esta se transmite por contacto con sangre contaminada.

Durante muchos años, este virus circuló, pero no se lo conocía, y además no existía la conciencia actual sobre las medidas de esterilización de instrumental que entraba en contacto con sangre. Por lo tanto, miles de personas contrajeron hepatitis C -sin saberlo- en tratamientos odontológicos, cirugías, al realizarse tatuajes, piercings y otros tratamientos de belleza, al recibir transfusiones, compartiendo jeringas, cepillos de dientes, afeitadoras o canutos para aspirar sustancias ilícitas, entre otros elementos cortopunzantes.

El doctor Barbero aclaró: “hoy es mucho más habitual la esterilización adecuada de todo el instrumental que se utiliza en cada intervención de salud o estética, y las personas tienen más conciencia sobre los riesgos de entrar en contacto con sangre ajena, por lo que hay menos transmisiones que en los años 80 y 90”.

Curación

Otro aspecto crítico en esta enfermedad es que hay un grupo significativo de pacientes que tiene diagnóstico hace varios años o décadas, pero no ha vuelto al profesional de la salud para curarse porque ignora que hay medicaciones que curan.

Por lo general, esas personas recuerdan los duros efectos adversos de las medicaciones anteriores, porque cree que deberá pagar los tratamientos actuales de su bolsillo, porque posterga su salud por otras prioridades o, simplemente, porque no le da importancia, ya que esta enfermedad durante muchos años no da síntomas ni duele.