En 1970, una serie de recitales grabados en vivo en Buenos Aires por Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho derivaron en el disco “La Fusa”, el más vendido de música brasileña en la Argentina. “A Felicidade”, “Eu sei que vou te amar”, “A Tonga da Mironga do Kabuletê”, “Garota de Ipanema” y “Você Abusou”, fueron parte de esa histórica grabación.

Ese célebre repertorio será recuperado esta noche por los tucumanos de Saravá en el recital que ofrecerán, desde las 21, en la sala Juan Tríbulo del teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez), dentro del Julio Cultural Universitario que encara su recta final.

La formación es integrada por la vocalista Agustina Ascárate, Álvaro Quinteros Orio en guitarra y voz, Gonzalo Aragón en bajo y Juan Quinteros en batería y percusión. El nombre elegido remite a la palabra de origen africano que se usa como saludo cordial y que De Moraes utilizaba en muchas de sus composiciones para bendecir a sus amigos más preciados.

“El repertorio será el del disco, con algunas sorpresas además. Hace años armamos con Álvaro el grupo Cheios y Bossa, e hicimos una investigación de la música de la cultura brasileña y empezó a aparecer toda la riqueza de las raíces afro-afroamericanas y cómo se van transformando como expresión de la música popular latinoamericana. La bossa nova tiene un público bastante estable en Tucumán que lo disfruta mucho, pero el espectáculo está dirigido a toda la gente, porque fácilmente puede ser disfrutado”, señala Ascárate, la voz de Saravá sobre y bajo el escenario.

“Puede ser que haya existido un momento de mayor despliegue de ese ritmo en todo el mundo y que ande un poquito perdida ahora, pero realmente tiene una cadencia y un andar alegre y melancólico que es muy atractivo siempre”, insiste.

“Nuestra propuesta aborda tanto lo musical como lo estético, aunque no trabajemos con un escenógrafo ni ninguna otra cuestión, pero sí hemos tratado de transmitir la experiencia que fueron los recitales en el bar porteño La Fusa, que duraban hasta la madrugada”, reivindica sobre el recital, que define como un homenaje a un tiempo y a una forma de entender las cosas, que se hacen presente en el recital generando climas y momentos muy especiales.

Con este proyecto se salda una vieja deuda personal. “Esta propuesta era una cuenta pendiente que teníamos con Álvaro desde hace más de 15 años y después de mucho andar hemos logrado reencontrarnos y rearmar este proyecto con un nuevo grupo que suena espectacular porque son músicos profesionales con mucha trayectoria y experiencia en el jazz, el blues y el rock. Uno se siente bastante halagado de trabajar con estos compañeros”, señala.

Como hermanos

La cantante destaca que “en Brasil, a los argentinos se nos considera hermanos, y creo que deberíamos de reconsiderar esos lazos porque son importantísimos, en una apuesta común hacia lo popular”.

“Como poeta, Vinicius es un exponente de lo que un explorador de la vida puede llegar a transmitir, de lo que el amor y la pasión por vivir pueden llegar a crear. Todas sus canciones son muy viscerales porque hablan siempre desde su experiencia tan rica y vasta; fue un hombre que habiendo pertenecido a una clase social alta con muchos recursos, se adentró en la cultura en los pueblitos más humildes y recónditos de su país Brasil y supo aprovechar lo que encontró”, agrega.

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Acerca del panorama artístico local, reconoce que se está atravesando “un momento bastante álgido y peleagudo, sobre todo porque entendemos que socialmente existen urgencias muy básicas y primarias que están haciendo que la gente pierda el foco en la cultura; creemos que es muy necesario retomar ese contacto porque son expresiones de los momentos que estamos viviendo”.