Fue uno de los mejores escritores jamás salidos de Gran Bretaña y uno de los más populares de la literatura universal. De origen humilde, trabajó de niño en una fábrica y sufrió castigos corporales, como era costumbre en esa época, pero también supo tener resiliencia con la que logró sobreponerse. Leyó cuanto libro pudo y creció culturalmente tal que fue luego un excelente reportero y periodista. A partir de los 25 años se convirtió en literato y fue un emblemático escritor de la Inglaterra Victoriana: se llamaba Charles John Huffam Dickens. Había nacido un 7 de febrero de 1812 en Portsmouth (G.B) y desde sus comienzos fue un poseedor de grandes dotes de observación y capacidad descriptiva. Con ellas supo aludir a cuestiones sociales siendo un testigo de su tiempo y puso su pluma allí donde había sufrimiento o donde dolía, situaciones estas que merecían ser evidenciadas. Una faceta no muy conocida de Dickens fue aquella con la que incursionó, en sus ensayos, en condiciones médicas que varias de ellas no habían sido diagnosticadas ni identificadas formalmente. ¡Qué médico, en cualquier parte del mundo, no sabe lo que hoy se identifica como síndrome de Pickwick en relación con la obesidad! Pues bien, en su obra “Los papeles póstumos del club Pickwick”, de 1837, Dickens describe en uno de sus personajes (Joe) “al niño gordo que solía quedarse dormido sentado o estar somnoliento siempre”. Fueron grandes médicos después como William Osler, primero, y Burwell (en 1956) quienes explicaron efectivamente la fisiopatología del síndrome de hipopnea y apnea del obeso (que padecía Joe), y le dieron la razón al afamado escritor quedando acuñado el epónimo en honor al personaje Dickensiano: Pickwick. En otro de sus libros (“Casa desolada”) iba a describir lo que después se entendería como la dislexia y en “Dombey e hijo” lo que era un ACV con compromiso del habla. En fin: sencillamente genial. ¿Quién no leyó alguna vez “Oliver Twist”, o al menos vio su película que fue Óscar de 1968?, o “Historia en 2 ciudades”, “David Copperfield”, “Tienda de antigüedades” o “Canción de Navidad”, todas obras de su proficua producción literaria. Falleció a los 58 años el 7 de junio de 1870. La noticia conmocionó y entristeció al mundo entero y aunque él había expresado que lo enterraran en un pequeño cementerio de pueblo sus restos fueron depositados como héroe nacional en la famosa Abadía de Westminster. Hoy la ciencia médica se encuentra abocada y preocupada por prevenir y controlar esa gran epidemia mundial no infecciosa que es la obesidad, y por supuesto, como derivado de riesgo vital y concausa de insuficiencia respiratoria: el Pickwick. El sobrepeso y la obesidad son una epidemia en aumento en todo el mundo y Argentina no está exenta. Charles Dickens pasó a la Historia de la Literatura Universal por su labor como eximio escritor, pero también se ganó, y con justicia, un lugar en los anales de la Historia de la Medicina adelantándose con su aporte a la ciencia con el Pickwick, sin siquiera saberlo.

Juan L. Marcotullio                             

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