WASHINGTON, Estados Unidos.- La vicepresidenta Kamala Harris comienza la semana como gran favorita para enfrentar a Donald Trump en las elecciones de noviembre después de la renuncia de Joe Biden a la campaña por su reelección.

El Partido Demócrata ha prometido un “proceso transparente y ordenado” para sustituir al presidente Biden, de 81 años, después de que tirara la toalla atenazado por las dudas sobre su salud y su capacidad para derrotar a su rival republicano.

Cuando faltan tres meses para las presidenciales, los demócratas deben nombrar a un nuevo candidato en la convención que se celebrará en Chicago a partir del 19 de agosto. Pero es posible que no esperen a esa fecha.

La favorita es la vicepresidenta. El domingo ella pasó más de 10 horas llamando por teléfono a más de 100 líderes demócratas, congresistas, gobernadores y otras personalidades.

Parece haber surtido efecto. No solo recibió el “total apoyo y respaldo” de Biden, sino también el del ex presidente Bill Clinton y su esposa Hillary, ex secretaria de Estado.

Y sobre todo el de al menos siete gobernadores, algunos de ellos considerados como potenciales contrincantes: los de California, Michigan, Illinois, Minnesota, Wisconsin y Maryland. También el de Kentucky, Andy Beshear, un favorito para ser su compañero de fórmula.

Parte de los congresistas demócratas, tanto progresistas como moderados, también se han unido en torno a ella.

Algunos demócratas muy influyentes aún no lo han hecho.

Después de que la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, le transmitiera ayer su “plena confianza”, ya solo quedan dos pesos pesados por pronunciarse: el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y el ex presidente Barack Obama.

Harris, que es negra y de ascendencia surasiática, además de la única mujer vicepresidenta en la historia de Estados Unidos, no parece tener rivales serios.

Su candidatura oxigena una campaña que iba a enfrentar a dos hombres de edad avanzada e impopulares entre muchos.

Un potencial contrincante, el senador independiente Joe Manchin, ya dijo que no se presentará. Su equipo afirma que Harris recaudó más de 50 millones de dólares en donaciones de las bases en menos de 24 horas desde que Biden la apoyó el domingo.

Ayer, la vicepresidenta se deshizo en elogios a su jefe . Su legado es “inigualable en la historia moderna”, afirmó durante un acto en la Casa Blanca.

El “mayor honor”

Si los demócratas no se ponen de acuerdo en apoyarla podría celebrarse una convención abierta a otros candidatos en Chicago, pero por el momento nada indica que vaya a suceder.

La campaña demócrata se hundía desde el mal desempeño de Biden en el debate de junio contra Trump, quien salió reforzado y vive días de gloria tras sobrevivir a un intento de asesinato y asistir a una convención republicana que le rindió culto.

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Biden se empeñó durante más de tres semanas en seguir en la carrera ignorando las peticiones de que dimitiera, hasta que el domingo abandonó mientras se recupera de covid en su casa de la playa de Delaware (este).

Dijo que ser presidente ha sido el “mayor honor” de su vida.

Su retirada lo convierte en el primer presidente en 56 años que no aspira a un segundo mandato y el primero en la historia de Estados Unidos que renuncia tan tarde a esa posibilidad.

A la vicepresidenta le costó encontrar su sitio en sus primeros años en la Casa Blanca, pero destacó durante la campaña en la defensa de temas claves como el derecho al aborto.

En el bando republicano, el anuncio trastoca por completo la candidatura de Trump, obligándole a revisar su estrategia electoral, muy centrada en presentar a Biden como un anciano que se confunde y es torpe.

Estos argumentos podrían volverse en contra del republicano si se enfrenta a la vicepresidenta, casi 20 años menor que él y con un perfil muy energético. Y no cabe duda de que la ex fiscal Harris apuntará contra Trump por sus problemas legales.

En carrera: el mecanismo para elegir la nueva fórmula

La renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial pone en marcha el proceso de elección de un reemplazante. Las autoridades del Partido Demócrata deberán reunirse en una convención nacional, del 19 al 22 de agosto y de allí saldrá la nominación formal del candidato. El Comité Nacional Demócrata -encargado de organizar la convención- estipulará las normas para reemplazar a Biden. El reemplazante será sometido a votación de los delegados del partido y deberá contar con el apoyo de al menos 1.968 del total de 3.937 delegados demócratas. Biden tendría gran capacidad de determinar su sustituto ya que controla a aproximadamente 3.908 de los 3.937 delegados, aunque también podría dar libertad de acción. Las leyes de cada estado deciden cómo deben elegir esos delegados y 14 de ellos fuerzan, inicialmente, a votar al candidato que ganó la primaria estatal.

“Fracaso” del Servicio Secreto

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, admitió que la agencia fracasó en su misión de evitar el intento de asesinato del ex presidente Donald Trump. 

“Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos asumo la responsabilidad por cualquier fallo en la seguridad”, agregó ante una comisión de la Cámara de Representantes, en medio de críticas y peticiones de dimisión.

Cheatle dijo que atentado del 13 de julio fue “la más significativa falla operativa del Servicio Secreto en décadas”.

El atacante Thomas Matthew Crooks, de 20 años, disparó contra Trump con un rifle tipo AR minutos después de que el ex presidente republicano y actual candidato presidencial comenzara a hablar durante un acto en Butler, Pensilvania. Crooks fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto 26 segundos después de disparar ocho veces.

La investigación determinó que Crooks, quien vivía en una ciudad a 80 km de Butler, actuó solo y no ha podido identificar ninguna motivación ideológica o política fuerte.

El bombero Corey Comperatore, de 50 años, murió abatido y dos simpatizantes de Trump resultaron gravemente heridos.