La mucosa bucal puede ser asiento de numerosas patologías, entre ellas algunas de pronóstico muy grave, como el cáncer bucal, fundamentalmente representado por el carcinoma bucal de células escamosas.

A pesar de los avances científicos y tecnológicos, el pronóstico sigue estando fuertemente asociado a su estadio al momento del diagnóstico: en un estudio realizado en Buenos Aires, los pacientes con cáncer avanzado presentaron una baja tasa de supervivencia mientras que quienes contaron con un diagnóstico temprano, tuvieron mejor pronóstico.

Por ello, la prevención y el diagnóstico precoz siguen siendo las herramientas más eficaces para disminuir la mortalidad y morbilidad por cáncer bucal.

Las estrategias de prevención deben, entre otros objetivos, disminuir la demora del diagnóstico tanto de cáncer como de desórdenes potencialmente malignos de la mucosa bucal.

El cáncer bucal puede desarrollarse en cualquier parte de la cavidad oral: lengua, encías, carrillos, paladar, en el piso de la boca y/o en los labios, y puede manifestarse con signos que no deben ser subestimados: un estomatólogo realizará el examen clínico no invasivo al paciente para observar si existen signos de cáncer bucal, lesiones potencialmente malignas e irritación mecánica crónica.

La irritación mecánica crónica es todo efecto traumático producido en la mucosa bucal por un roce constante y de baja intensidad. Los síntomas son diferentes, hay pacientes que se dan cuenta de que esto ocurre porque les produce ardor o molestias y otros que no lo perciben.

Investigación

Un estudio realizado en Argentina, liderado por Eduardo Piemonte, de la Universidad Nacional de Córdoba, y Laura Werner, especialista en Estomatología del Hospital Alemán, demostró que la irritación mecánica crónica puede potenciar o acelerar (en algunos casos hasta duplicar) el riesgo derivado del tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

Cuáles son los síntomas de un paciente con cáncer de boca: sus principales causas

“La forma de diagnóstico del cáncer bucal es a través de la sospecha por parte del estomatólogo. Es posible ya que se origina en el epitelio, es decir en la parte más superficial, lo que permite su visualización y lo hace accesible a la inspección de la cavidad bucal: se presentan una serie de alteraciones observables que con solo abrir la boca pueden dar la pauta de que algo no está bien y que es necesario tomar medidas para evitar su evolución. Luego se deberá confirmar a través de una biopsia y su estudio histopatológico”, explicó Werner en un comunicado de prensa.

El cáncer bucal puede requerir tratamiento quirúrgico, de radioterapia y en pocos casos de quimioterapia. Se utiliza un abordaje multidisciplinario de estomatólogos, oncólogos, radioterapeutas, cirujanos, nutricionistas, fonoaudiólogos, enfermeros, entre otros profesionales.

Factores de riesgo

Algunas instituciones realizan una vez por año campañas de prevención que buscan llegar a personas aparentemente sanas, pero que pueden tener cáncer o lesiones potencialmente malignas todavía no diagnosticados. El objetivo es orientar a quienes requieran atención estomatológica y brindarles información para que puedan eliminar los agentes carcinógenos.

También se puede detectar factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Algunos de esos factores pueden ser registrados únicamente a través de la respuesta del paciente mediante un cuestionario, como consumo de tabaco, alcohol y/o de bebidas muy calientes.

Otros factores a tener en cuenta son la exposición al sol en forma prolongada y sin protección y la infección por el virus del papiloma humano, antecedentes familiares de cáncer y la dietas desequilibradas con alto porcentaje de carnes rojas.