Luis Miguel Rodríguez está de regreso, que no es lo mismo que “estar de vuelta”, en el sentido negativo de la expresión. Lo más positivo que dejó el empate que Atlético consiguió el sábado contra Banfield, además del punto cosechado en rodeo ajeno, fue la constatación de que  “Pulguita” todavía le puede aportar mucho al equipo de Facundo Sava.

“Si te ubicás bien en la cancha y les das pase a los compañeros, creo que todo el fútbol es igual”, responde el “7” de Simoca, con el mismo desparpajo con el que juega, a la pregunta de si le puede llevar algún tiempo adaptarse a la Liga Profesional tras su paso por la Primera Nacional con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

A sus 39 años está claro que Rodríguez está más allá de todo. Icono perenne del mejor Atlético de la historia, su regreso al club tras algo más de cinco años y medio de ausencia no sólo ilusiona a los hinchas del “decano”, sino que prestigia al torneo de Primera División.

El requerimiento de numerosos periodistas de medios nacionales y las varias entrevistas televisivas a las que accedió antes de abandonar junto a sus compañeros el estadio “Florencio Sola” dan fe de ello. “Pulguita” es una estrella dentro de la constelación de nuestro bendito fútbol argentino.

Para quienes dudaban de que todavía está para jugar al máximo nivel, su más de media hora en cancha aniquiló toda idea de que sólo había vuelto para tener apenas una despedida digna de jugador cuasi retirado en el club de sus amores.

Él mismo lo dejó en claro, ante la pregunta de LA GACETA sobre cómo puntúa del uno al 10 su momento actual, desde lo físico y lo futbolístico. “Estoy bien. No tengo ninguna dolencia ni ningún problema. Estoy entrenándome todos los días a la par del grupo; hoy por hoy no puedo decir que falté a una práctica por una dolencia y eso me hace seguir. Si no, no estaría estorbando adentro de una cancha”.

Rodríguez es jerarquía en estado puro. Apenas ingresó el sábado a los 12 minutos del complemento en lugar de Justo Gianni, se percibió claramente un “subidón” de energía y una mejora en el volumen de juego del equipo, casi inexistente hasta entonces. Unos minutos más tarde, “Pulguita” participó de manera clave de la jugada que a la postre sentenció la igualdad final en el sur bonaerense.

“¿Si quise ponerle a Renzo (Tesuri) la pelota en su cabeza? En realidad, le quise pegar al arco, pero me quedó incómoda la pelota, entonces aflojé el pie para que no se me vaya arriba; nada más”, contestó con franqueza. Eso tienen los talentosos: inclusive sin querer, como en este caso, consiguen que un remate no deseado se convierta en una asistencia que a los ojos ajenos se vio como exquisita.

El ingreso de Rodríguez fue parte de un triple decisión de Sava: también entraron simultáneamente Joaquín Pereyra y el debutante Rodrigo Melo. El propio entrenador reconoció lo que para todos fue obvio: a partir de los cambios el equipo empezó a jugar algo mejor y eso quedó reflejado en el resultado.

“Tuvimos más juego con la pelota, estuvimos más encima de ellos. En el primer tiempo estuvimos un poco lejos en la marca, corríamos detrás de la pelota y cuando la teníamos nos era más difícil jugar”, explicó.

Sava no ahorró elogios para con la nueva-vieja estrella del “decano”. “Lo veo bien. No sólo por lo que hizo ante Banfield, sino también en los entrenamientos; lo que hace con la pelota algunas veces ni los compañeros imaginan que lo va a hacer. Me gustan los jugadores que son creativos, que vos pensás que van a hacer una cosa y hacen otra, y la hacen bien”.

A “Pulguita” le preguntaron una y otra vez sobre cuántos minutos está para jugar o si está para ser incluido como titular; y también acerca de su condición de líder de vestuario y su relación con el entrenador… Y con cada respuesta mostró su madurez, también afuera de la cancha.

“Uno va a sumar desde el lugar que le toque. Si me toca jugar o si no me toca hacerlo… tengo la idea de sumar siempre porque el bien común que todos queremos es que Atlético esté lo más alto posible en este torneo. Y si va a ser no jugando y el equipo está bien, va a ser no jugando. Es así. Pero uno se entrena y se prepara para estar a disposición del DT; después él dirá y lo va a disponer”, sentenció el oriundo de Simoca.

Rodríguez sabe que la lupa estará puesta sobre él, porque nadie vive de sus pergaminos, menos en este fútbol argentino hiper competitivo. “Cuando me toque jugar tendré que rendir porque esto se trata de rendimiento, no de lo que ya hicimos en la carrera”, reconoció.

¿Habrá titularidad para “Pulguita” en su regreso al José Fierro, el jueves ante Instituto? “Es una posibilidad”, contestó Sava, enigmático.

Lo cierto es que con él en cancha el equipo mostró otro temple, otro carácter, dejó otra imagen y empató un partido que parecía estar más complicado que nunca. En fin, así lo hizo Rodríguez, la “nueva-vieja” estrella que tiene el “decano”.