Desde su origen la ciudad de Yerba Buena se pensó como un jardín. Se trataba de que el mercado no arrasara con el ritmo urbano preservando los espacios verdes. Hoy vivimos al ritmo de mezcladoras y construcciones. Los comercios están obligando a muchos habitantes a buscar otro lugar. O refugiarse en el barrio cerrado. En casi todo el centro pululan sin norma alguna las construcciones de centros comerciales idénticos. Las autoridades no se dan cuenta a pesar de que expresan las mejores intenciones, de la destrucción del paisaje y del retroceso de la flora. En el centro en cada esquina un centro comercial además de los shoppings. Esto significa desertificación, polución ambiental .No hay otro proyecto urbano que no sea el de pavimentar .Mientras no haya transporte colectivo nos trasladamos en vehículos excesivamente grandes y los estacionamos en cualquier parte. No nos damos cuenta de que poco a poco nos desconocemos y ya no quedarán restos de la ciudad original.

Carmen Perilli 

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