Hemos oído cientos de veces a nutricionistas decir que el pan integral es superior al pan blanco en calidad nutricional y aunque en la mayoría de casos esto suceda, existen preparaciones de este tipo que no son tan beneficiosas como lo creemos cuando los ponemos en el carro del supermercado.

Cinco motivos saludables por los que deberías comer pan integral

En aspecto pareciera que todos los panes integrales son similares y por ende todos aportan la misma calidad nutricional. Es posible distinguirlos debido a su corteza más dura pero sobre todo por su característica más visible, son más oscuros que el pan blanco gracias al salvado que no se encuentra en el segundo.

Sin embargo muchos panes son considerados “integrales” pero al observar su composición en realidad llevan una mínima cantidad de harina integral. En términos normativos, el Real Decreto 308/209 ha dispuesto que el pan es 100% integral cuando está “elaborado con harina exclusivamente integral”.

La diferencia entre el pan integral y el pan con fibra añadida

Pero hay casos en que la normativa parece disolverse en la práctica y existen panes que entran en la categoría de “integral” cuando en realidad pertenecen a una variedad de pan blanco un poco más nutritiva. Es es el caso de la masa con fibra añadida u 100% fibra. Muchas veces consideramos que porque un alimento contenga fibra es integral y este en realidad está muy alejado de serlo.

Un alimento integral por definición, es un alimento competo, con todas sus partes comestibles, contrario al refinado. Esto quiere decir que los últimos están excentos de ciertos nutrientes ya que forman parte de un proceso físico que separa el salvado del germen del cereal. En cambio el integral es elaborado con el grano completo y no han sido procesadas para su refinado.

Mientras que si al pan blanco se le añade fibra este no puede formar parte de un alimento integral y por ende sigue siendo refinado. Según la normativa anteriormente mencionada, los panes que no son elaborados con harina integral pero contienen fibra pueden catalogarse de la siguiente manera:

- Fuente de fibra: tiene más de 3 g de fibra por cada 100 g de producto.

- Alto contenido de fibra: tiene al menos 6 g de fibra cada 100 g de producto.

¿Cómo distinguir el pan más beneficioso para la salud?

Aunque al pan blanco se le añada fibra, este no tiene los mismos aportes nutricionales que un pan integral. Esto se debe a que estos últimos contienen fibra natural que presenta más beneficios porque va en conjunto con el alimento, retiene más azúcares y permite una mejor digestión. La fibra añadida es positiva pero no tiene la misma capacidad reguladora de la glucemia.

Para poder distinguir un pan verdaderamente integral debemos tomar en cuenta ciertas especificaciones propias del aspecto del alimento. Por ejemplo, cuanto más salvado y cereal, el pan tiende a ser más fuerte y ácido, aunque agradable, tanto en olor como en sabor. El color también suele ser más oscuro y la corteza más gruesa. Esto ayuda a que se conserve mejor la miga. También es importante distinguir que este pan tenga “agujeros” u ojos en la miga. Estos son de tamaños desiguales, cosa que no sucede en el pan blanco. En general, es mejor si nos vamos a panes irregulares en sus propiedades, especialmente si vemos que llevan salvado o cereal.