CARACAS, Venezuela.- La elección presidencial en Venezuela llega a su recta final, en camino a las votaciones, la semana próxima. La constante, tras una campaña convulsa, ha sido la candidatura a la reelección del presidente Nicolás Maduro y el hecho de que la oposición se haya tenido que mover en un terreno de incertidumbre. Por primera vez en años, observadores electorales del Centro Carter y de la Organización de Naciones Unidas fueron invitados a supervisar los comicios.

Hay 10 aspirantes a la presidencia. El principal rival de Maduro es Edmundo González Urrutia, que representa a la oposición mayoritaria, cuya candidatura surgió luego de que el Tribunal Supremo de Justicia ratificara la inhabilitación impuesta a María Corina Machado para optar a cargos de elección popular.

En octubre de 2023 la ex diputada había ganado con el 92% de los votos las elecciones primarias que organizaron la mayoría de los factores adversos al Gobierno.

El endoso de Machado a González Urrutia, un diplomático de bajo perfil que trabajaba al servicio de la Plataforma Unitaria, la alianza de los principales partidos de oposición, le dio un impulso en las encuestas, según datos de la cadena estadounidense CNN.

El más reciente estudio de ORC Consultores, con corte a julio, demuestra que el candidato de la mayoría opositora tiene el 59,68% de la intención de voto entre los consultados, mientras que Maduro se ubica segundo entre los encuestados con el 14,64%.

Riesgos del chavismo

Ese 45% de diferencia en el estudio indica lo que analistas vienen viendo durante la campaña: el chavismo parece estar más cerca que nunca de perder el Poder Ejecutivo, a donde llegó hace 25 años. La extensa crisis económica, la unión de la oposición a pesar de los obstáculos en la inscripción de sus candidatos (además de la inhabilitación de Machado, Corina Yoris no pudo inscribir su candidatura) y un mensaje que promete generar condiciones para que se reúnan las familias venezolanas en la diáspora -la ONU calcula que hay más de 7,7 millones de refugiados y migrantes venezolanos por el mundo- ha provocado un apoyo que no se había visto en un cuarto de siglo a los opositores al gobierno.

En el sondeo, el 55,2% de la gente se considera afín a la oposición, frente a 11,4% identificado en el espectro del chavismo.

“Todo indica que la oposición va a ganar con un margen muy amplio”, dijo Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Alarcón dice que si la participación es alta -cercana al 80%- la diferencia podría ser de más de 30 puntos.

Según Marino J. González, profesor de la Universidad Simon Bolívar de Venezuela, es evidente que hay “una gran disposición de los venezolanos para ejercer su derecho a elegir”. La encuesta de ORC Consultores indica que un 37,29% de los consultados está seguro de votar a votar. Solo 5,78% de encuestados dicen que no votarán.

Además, el sondeo muestra que hay optimismo frente a la elección: 69% de los entrevistados se sienten esperanzados.

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“Es una diferencia difícil de ocultar -dice Alarcón- y creo que el gobierno se prepara para un escenario donde sabe que puede perder la elección y que cualquier intento de negar el resultado real va a generar una escalada del conflicto”.

Por eso, dice Alarcón, Maduro “trata de amedrentar a la población para que no se atreva”.

Esta semana el presidente dijo que hay posibilidad de un “baño de sangre” si sus seguidores no garantizan la victoria chavista en los comicios del 28 de julio.