“Trabajamos sobre dos ensayos a campo en los que se utilizó como curasemillas productos biológicos basados en Trichoderma spp. El primero, se realizó utilizando distintos Trichoderma sp: uno comercial y otro que se está desarrollando en la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc); solos o combinados con fungicida químico”, contó Juliana Bleckwedel, técnica de la sección Fitopatologia de la entidad agrocientífica, durante el XXVII° Taller de Variedades y Manejo de Soja.
Explicó que en este ensayo los tratamientos no se diferenciaron, pero indicó que los tratamientos biológicos igualaron a los químicos.
Luego presentó un ensayo con inoculación artificial de Macrophomina phaseolina (patógeno de suelo que causa la podredumbre carbonosa de la soja). En este utilizó como curasemillas el Trichoderma spp desarrollado por la Eeaoc, solo y en combinación con dos fungicidas químicos. Destacó la baja emergencia del control con inóculo, respecto de todos los tratamientos curasemillas también inoculados con el patógeno, demostrando la buena performance del tratamiento biológico que solo igualaba el porcentaje de emergencia obtenido por los tratamientos químicos. Subrayó, además, que en la mayoría de los parámetros evaluados (peso radicular, nodulación y rendimiento) el tratamiento con Trichoderma sp superó al control inoculado e igualó o superó los valores obtenidos por los tratamientos químicos.