La producción de cítricos en latitudes por encima de los 20º (sur o norte) puede ser afectada por la ocurrencia de heladas. Se denomina helada meteorológica cuando la temperatura del aire alcanza valores por debajo de los 0º C. Sin embargo, la magnitud de los daños en los cultivos depende de numerosos factores: la intensidad y la duración de las heladas, el estado de humedad del ambiente y del suelo, la textura del suelo, la topografía, la especie vegetal en cuestión, la susceptibilidad varietal, la etapa fenológica en la que se encuentra el cultivo, y su edad y estado general (nutricional y sanitario).

Después de la histórica helada de 2013, se registraron en el invierno de 2020 heladas de magnitudes inferiores, pero con algunas consecuencias en la zona citrícola de Tucumán. Luego de cuatro años benignos, en lo que va de la campaña 2024 las heladas meteorológicas más importantes se registraron durante el mes en curso en la zona del piedemonte y en la llanura de nuestra provincia, así como en áreas aledañas.

En consonancia con lo comunicado por la sección de Agrometeorología de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), que destaca tres ciclos de este evento (Ver: “La helada afectará...”, en esta página), sin dudas el tercer período, que comenzó el 6 de julio, es el de mayor impacto en el área citrícola de Tucumán.

En relación a la intensidad y a la duración del intenso frío, las zonas centro y sur fueron las más afectadas, con heladas severas en Monte Grande y Santa Ana, y moderadas en Ischilon, Pueblo Viejo y Caspinchango. La zona norte, si bien están en la categoría de moderada -al igual que las localidades antes mencionadas-, la intensidad y duración es similar y/o inferior en las localidades de Nueva Esperanza, La Cruz y El Cajón.

El avance de cosecha de limón en Tucumán al 6 de julio rondaría el 60%, aproximadamente. De acuerdo al relevamiento realizado por técnicos de la sección Fruticultura de la Eeaoc, sumado a la información suministrada por empresas y productores citrícolas, se destacan algunos lotes de Ischilon, Caspinchango y Monte Grande, observándose, daño en hojas, ramas finas y frutos en los sectores más expuestos de la planta, en mayor o menor grado.

La deshidratación de la fruta afectada por las bajas temperaturas tendría un impacto en su rendimiento industrial para la producción de los derivados, tanto en aspectos cuantitativos como cualitativos. Sin embargo sería prudente realizar nuevos relevamientos conforme evolucione la manifestación de estos síntomas. Actualmente y en virtud del evento, el sector está siendo cauto en el manejo de la fruta de exportación, como así también en el manejo y en la oportunidad de la poda mecánica que se realiza anualmente.