La gastritis, una inflamación del revestimiento del estómago, puede presentarse de forma aguda o crónica, dependiendo de su duración. Entre sus variantes, la gastritis nerviosa por estrés destaca como un problema de salud común y potencialmente doloroso que requiere atención médica oportuna.

"Para la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y mejora rápidamente con tratamiento", afirma la Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación. Sin embargo, es crucial consultar a un médico para determinar las causas subyacentes y recibir el tratamiento adecuado.

Causas comunes de la gastritis

Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, enumera las siguientes causas comunes de gastritis:

Ciertos medicamentos, como ácido acetilsalicílico (aspirina), ibuprofeno o naproxeno.

Consumo excesivo de alcohol.

Infección con la bacteria Helicobacter pylori.

Entre las causas menos comunes se incluyen:

Trastornos autoinmunitarios (como anemia perniciosa).

Reflujo biliar.

Consumo de cocaína.

Ingestión de sustancias cáusticas o corrosivas.

Infección viral (como citomegalovirus y el virus del herpes simple).

Traumatismo o enfermedad grave y repentina.

Estrés extremo.

Qué es la gastritis nerviosa por estrés

El doctor Carlos Enrique Barrientos Estrada, director A de la Clínica de Personal de Oficinas Centrales del IGSS, explica que "una gastritis es la hinchazón de la mucosa del estómago por la fuerte secreción de jugos gástricos". En la gastritis nerviosa, estos jugos aumentan debido al estrés y la alteración del sistema nervioso.

Las preocupaciones por problemas económicos o familiares, o la sobrecarga de trabajo, son causas comunes de este tipo de gastritis. Existe un vínculo estrecho entre el aparato digestivo y el cerebro, por lo que el estrés prolongado puede alterar las funciones del sistema nervioso.

Síntomas iniciales de la gastritis por estrés

Según la Clínica San Pablo de Perú, los primeros síntomas de la gastritis incluyen:

Náuseas.

Vómitos.

Sensación de saciedad.

Hinchazón.

Pérdida de apetito.

Eructos frecuentes.

Ardor o dolor punzante en la parte superior del abdomen.

Defecar heces negras debido al sangrado del revestimiento del estómago.

La gastritis nerviosa, generada por el estrés, el agobio y la ansiedad, puede aparecer en cualquier momento. Sus síntomas más frecuentes incluyen ardor en la boca del estómago, gases, eructos constantes, dolor, náusea y acidez estomacal.

Tratamiento de la gastritis nerviosa por estrés

El tratamiento de la gastritis nerviosa es complejo y a menudo requiere una estrategia psicológica adicional. La intervención de un profesional especializado es crucial. Los tratamientos más comunes incluyen:

Antiácidos: ayudan a disminuir el dolor, ardor e inflamación.

Mejorar la alimentación y hábitos de vida: aumentar el consumo de frutas, fibra y verduras; evitar el azúcar refinada, bebidas gaseosas y alcohol.

Ingerir los alimentos lentamente.

No dormir justo después de comer.

Descansar y dormir adecuadamente.

Realizar actividad física.

Evitar pensamientos negativos y perjudiciales.

Practicar técnicas de relajación y respiración: estas ayudan a reducir el estrés.