Nicolás Maduro ha intensificado sus ataques contra el presidente argentino, Javier Milei, vinculándolo con un supuesto plan para boicotear las elecciones en Venezuela. Durante un acto de campaña en Petare, Maduro insultó a Milei y lo acusó, junto con otros actores de la derecha, de intentar crear caos para suspender los comicios. En su discurso, Maduro reafirmó su determinación de que las elecciones se llevarán a cabo el 28 de julio, asegurando que están preparados para cualquier intento de sabotaje.

Maduro también lanzó advertencias sobre un posible "baño de sangre" si no es reelecto, sugiriendo que la estabilidad del país está en juego en estas elecciones. Durante otro acto en Caracas, afirmó que el 28 de julio se decidirá entre guerra y paz, y que él está preparado para enfrentar cualquier desafío con el apoyo de Dios y el pueblo venezolano. Este discurso se enmarca en una narrativa de enemistad con actores extranjeros y nacionales opositores, a quienes acusa de fascistas.

A pesar de las acusaciones de Maduro, su régimen ha sido señalado como el único que ha recurrido a la violencia y actos de sabotaje durante la campaña electoral. La líder opositora María Corina Machado denunció que 77 simpatizantes y colaboradores de la oposición han sido detenidos arbitrariamente desde el inicio de la campaña, y otros 102 encarcelados por motivos políticos desde principios de año. Machado también informó sobre un atentado contra su comitiva durante su gira en Barquisimeto.

En un video desde Barquisimeto, Machado mostró los daños a los vehículos de su comitiva, que incluyeron mangueras de frenos cortadas y aceite de motor vaciado. Acusó al régimen de Maduro de intentar atentar contra la vida de su equipo, responsabilizando a la campaña de Maduro por cualquier daño a su integridad física. Afirmó que estos actos de violencia no detendrán su lucha.