Juan Ignacio González Quiroga, se transformó esta tarde en el nuevo arquero del “decano”. El guardameta proveniente de Boston River firmó contrato por 18 meses con Atlético Tucumány esta misma noche arribará a Tucumán para ponerse a la orden de Facundo Sava.
Si bien nació en Uruguay, se trasladó a México a los 10 años debido al trabajo de sus padres, quienes vendían productos para el cabello. En el país azteca comenzó su carrera futbolística en las inferiores de Tecos y Cruz Azul. Sin embargo, la falta de papeles mexicanos le impidió jugar profesionalmente hasta obtener la ciudadanía en 2012, debutando en 2013 en la segunda división con Leones Negros de Guadalajara.
Tal vez lo más pintoresco de su carrera haya sido ser el arquero de Inter Playa del Carmen, uno de los equipos más importantes de un lugar reconocido mundialmente por sus playas. "Muchos partidos estaban llenos de holandeses, alemanes, franceses que veían el cartel que había fútbol y compraban las entradas, era particular. Fue una experiencia muy linda pero sacrificada, teníamos que entrenar a las seis de la mañana por el calor y le perdí el gusto a la playa porque imagínate, lo único que quería era entrar a un lugar con aire acondicionado", comentó sobre su experiencia.
A lo largo de su carrera, González ha jugado en diversos equipos, incluyendo Plaza Colonia y Sud América en Uruguay, y Sol de América en Paraguay. Su paso por Paraguay fue especialmente desafiante, ya que inicialmente jugó pocos partidos debido a la competencia con los otros arquero, algo que se repitió cuando llegó a Boston River con el arquero Santiago Silva.
No obstante, este año ha logrado consolidarse, acumulando minutos y ritmo de juego. “La verdad que esta oportunidad me agarra en un momento lindo de mi carrera. Para nosotros los arqueros, esta edad, cuando superas los 30, es la mejor porque ya tenes cierta experiencia y podes jugar con cierta tranquilidad”, le explicó a LA GACETA.
El arribo al “decano” se consolidó en un par de días. El jueves llegó el primer sondeo con el representante del jugador; el viernes dialogó con Damián González (entrenador de arqueros de Atlético), quien le contó sobre el proyecto del cuerpo técnico de Sava y terminó de convencerlo. Aunque a decir verdad, su decisión ya estaba tomada. “Realmente para mí siempre fue un anhelo jugar en Argentina. Hay veces que el camino te lleva a otro lado, ¿no? Pero siempre estás con esa mentalidad de llegar a Argentina porque es un torneo que desde chiquito mirás por televisión”, agregó. Y a la hora de contar sus expectativas no dudó ni un segundo: “¿le dicen ‘El gigante del norte’, ¿no? Bueno voy a contribuir al equipo y a aspirar a participar en competiciones internacionales. Tenemos que demostrar que somos los más grandes de la región”, puntualizó.
La adaptación a Tucumán será un proceso emocionante para González y para su familia. Aunque inicialmente llegará solo, pronto se le unirán su esposa Verónica y su hija Alison, de cuatro años y medio. La decisión de permitir que su hija termine el ciclo escolar antes de mudarse demuestra su enfoque en el bienestar familiar. “Queremos que el cambio no sea tan brusco y que pueda despedirse de sus amiguitos; además hasta eso me dan tiempo que pueda instalarme bien”, añadió.
A pesar de su extensa experiencia en diferentes países y ligas, González admite que el fútbol uruguayo, a pesar de su pasión, carece de la infraestructura y el apoyo masivo que se encuentra en ligas más grandes. “La posibilidad de jugar en estadios llenos en Argentina es emocionante para mí. Uruguay es un fútbol que por más que saca a muchos jugadores es muy poco vistoso y también las canchas son chicas y jugás normalmente con 500 personas. Mucho tiene que ver con la cantidad de habitantes”, se excusó y agregó: “Uruguay es 49% de Peñarol y 49% de Nacional, el resto de los clubes se dividen el resto”.
A pesar de lo que mencionó, el arquero valoró el sacrificio de los clubes y los futbolistas de su país. “Los clubes viven de la venta de jugadores. Es la única forma, porque vos de la venta de entrada no sacás nada y competís internacionalmente por el orgullo, por las ganas de progresar”, relató.
Antes de subir al avión que lo trasladó a la provincia, el arquero expresó su deseo genuino por conocer Tucumán y su entorno. “Me puse a investigar sobre la ciudad y a ver fotos de sus paisajes. Es muy linda la región, parece muy tranquila. Me dijeron que es una ciudad chica, pero para nosotros será inmesa. Imaginate que soy de un pueblo de 3.000 habitantes”, agregó.
Por supuesto que al “googlear” las bondades de la provincia algo que llamó la atención del uruguayo fue la gastronomía. “Vi que hay mucha variedad de comida, incluida la famosa empanada y las milanesas. Amigos y compañeros me hablaron muy bien de eso, así que seguramente cuando tengamos libre vamos a poder probarlas”, finalizó con una sonrisa de oreja a oreja.