Mantenerse como escolta a dos puntos del líder y ser uno de los equipos que menos goles recibió en el torneo, no es una tarea sencilla. El motivo principal por el que San Martín de Tucumán logró esos impresionantes números tiene un nombre: Darío Sand. Su habilidad para detener los ataques del rival, su liderazgo en el campo y su consistencia ante la presión han sido claves en el funcionamiento del equipo de Diego Flores.
El correntino de 36 años demuestra cada vez más su vigencia bajo los tres palos y su desempeño deja una huella imborrable en cada partido del “santo”. Tal es así, que Sand se volvió a vestir de héroe y mantuvo el arco en cero contra San Miguel, para concretar tres puntos vitales que le permiten al conjunto de La Ciudadela seguir prendido en la tabla.
El arquero récord de la Primera Nacional logró anteponerse a las adversidades que había sufrido en Caballito y maravilló a los fanáticos, que se quedaron atónitos ante cada avance del “trueno verde”. El cabezazo cruzado de Álvaro Cazula, el remate de Iván Antunes, un fuerte zapatazo de Nahuel Luján y el mal despeje en la propia puerta de Matías Ignacio García fueron algunas de las acciones que tuvo San Miguel para exigir a Sand.
A pesar de que parecieron pocas situaciones de gol, el correntino estuvo firme en cada intervención para mantener el arco en cero y celebrar junto a sus compañeros, el regreso a la victoria, por el gol de Junior Arias.
Si bien es cierto que viene de recibir seis goles en tres partidos, Sand prácticamente no tuvo responsabilidad en mucho de esos tantos. Solamente en el segundo de Gimnasia de Jujuy, debido a que rechazó con sus dos puños al costado y justo le quedó el rebote a Mauro Albertengo.
No obstante, la tarea del “1” en La Ciudadela contra San Miguel demostró que empieza a recuperar ese nivel que le permitió escribir su nombre en los medios de todo el país. Claro, la primera rueda del arquero en el torneo fue digna de admirar.
Desde la novena fecha contra Chaco For Ever hasta el empate sin goles ante Güemes de Santiago del Estero, Sand se volvió un espectador de lujo. Cualquier foráneo se imaginaría que no tuvo trabajo durante esas 11 fechas que pasaron, pero lo concreto es que con sus atajadas fue la figura del equipo.
En ese periodo, los distintos clubes de la categoría enfrentaron un desafío difícil. Debían encontrar la fórmula adecuada para romper el cerrojo que había armado Sand junto a su defensa. El “lobo” jujeño lo consiguió, pero en ese lapso, varios equipos de peso no lograron doblegar a un Sand, que ya superó a Marcos Croce (1077’) y al ex Ferro Carlos Barisio (1075’ sin recibir goles), quien ostentaba la mayor marca de historia de Primera División del Fútbol Argentino desde la llegada del profesionalismo.
Pero, la caída en Jujuy fue un antes y un después. Durante el desarrollo en el “23 de agosto”, Sand había alcanzado 1.114’ sin recibir goles y quedó a un minuto de superar la marca de Alejandro Otamendi, quien estuvo 1.115’ sin recibir goles en un mismo torneo (la Primera C de 1994).
Como figura principal de la categoría, Sand se lamentó por haber quedado cerca de romper un nuevo récord, pero con la seguridad de que varios clubes no le pudieron marcar: Chaco For Ever, Arsenal, San Martín de San Juan, Guillermo Brown de Puerto Madryn, Agropecuario, All Boys, Tristán Suárez, Patronato, Racing de Córdoba, Alvarado y Güemes.
Más allá de esos buenos números, Sand estará ante otro desafío en su cuenta personal. Seguir manteniendo el nivel que le permitió estar en lo más alto y evitar una derrota en la casa de Quilmes, un equipo que viene envalentonado (venció como visitante a Chacarita, por 4 a 0).
Uno de los principales atributos del “1”, más allá de sus buenas atajadas, también fue saber acoplarse a la perfección a una defensa que cambió fecha tras fecha. Por la zaga de centrales, además de la dupla integrada por Juan Orellana y Agustín Dattola pasaron Tiago Peñalba y Guillermo Ferracuti. En tanto que Máximo Levi también se puede sumar a esa lista, pero tuvo pocos minutos en cancha.
Los laterales fue el sector que más intervenciones tuvo. Gonzalo Bettini y Nahuel Banegas empezaron como una fija, pero debido a lesiones y suspensiones, también tuvieron rodaje Axel Bordón, Diego Mastrángelo y hasta Ulises Vera.
En el partido del domingo se dio otra modificación más. Con la salida del ex Villa Dálmine, Lucas Diarte volvió a sumar minutos en el equipo titular. A pesar de que tuvo muy pocos entrenamientos, el “3” se asoció a la perfección.
Sand se volvió un jugador cumplidor en el esquema de Flores. No importan los nombres que lo acompañan o la cancha en la que juegue, el correntino siempre está ahí para salvar a San Martín. En la próxima fecha se viene otro partido ante los candidatos y todos en Bolívar y Pellegrini ansían que mantenga el nivel que le permitió hacer historia.