La calle Santiago del Estero al 300 se tiñó de amarillo por un par de horas para disfrutar de la final de la Copa América 2024; dentro de la gran comunidad de extranjeros que viven en nuestra provincia se destacan los colombianos. Generalmente conocidos por su amabilidad, hospitalidad y calidez humana. Algo que se percibió en apenas unos minutos de ingresar a su búnker ambientado a “El Banco” de la provincia de Magdalena, una zona muy turística de Colombia que tiene montañas y playas, y comida de las más variadas y sabrosas.

“Dime que me quieres y que pronto volverás / Que aunque no sea cierto también fingiré esperar/ Manchame la vida como un juramento en vano/ Que me pides que haga mientras me sueltas las manos…”, cantan Los Inquietos del Vallenato a todo volumen en un parlante inalámbrico cubierto por una bandera colombiana. La letra habla del desamor y la distancia, algo que estos colombianos en su refugio minimizan. Están en Magdalena, están en Calí, el aroma a hogar colombiano es bien distintivo. Luz Mary Quiroz, de 43 años, se encuentra preparando unos patacones con queso costeño, como para que  junto a la música, los aromas y el sentimiento, los sabores también lo lleven a recorrer los 7.000 kilómetros imaginariamente.

AMOR. Lourdes y Duvan están en pareja hace dos años y seis meses. Foto: Juan Pablo Sánchez Noli - LA GACETA

La cultura colombiana valora mucho las relaciones familiares y sociales, lo cual se refleja en su trato cordial y cercano con los demás. Además, la alegría y el optimismo son características destacadas, casi siempre se les reconoce por su capacidad para encontrar el lado positivo en las situaciones difíciles. Luz, que saltó a la fama por haber sido la única en acertar una encuesta de las redes sociales de LA GACETA, que preguntaba quienes serían los finalistas (ella dijo que hincharía por Argentina) fue la anfitriona de la gran final. Duvan Quiróz Almanza (hijo), Albeiro Quiróz Almanza (hermano), Angela Jaramillo (amiga), los tres colombianos, son los invitados de gala a la gran final. Lourdes Tilca Bonora (nuera) y Claudia Juárez (cuñada) son las argentinas que “buchonearon” la pasión oculta de los cafeteros que se instalaron durante el 2010 y el 2012 en Tucumán.  “Ellos se pusieron camiseta y se pintaron de celeste y blanco durante el mundial y lloraron cuando fuimos campeones”, explicó Lourdes. “Por Messi, a él lo amamos”, se excusó Luz Mary.

Los incidentes en Estados Unidos estiraron la previa en Tucumán, que pasó entre anécdotas y patacones con queso. Los comentaristas de la señal colombiana RCN no traían buenas noticias y la amenaza de suspensión del partido estaba latente. Tiempo de incertidumbre, minutos aprovechados para el diálogo con tonada particular. “Extraño cocinar el pescado frito, sancoche o el viuda de pescado (sería como un pescado hervido, se lo seca al sol con sal, si es para desayuno se lo deja en agua para que se le salga un poco lo salado)”, explica Luz mientras pela los platanos y Duvan frita los patacones.

AMOR POR DOS. Claudia y Albeiro están en pareja desde hace cinco años. Ella es argentina y él colombiano. Foto: Juan Pablo Sánchez Noli - LA GACETA

“Esto se consigue en una verdulería sobre San Lorenzo, conseguimos de todo”, comenta Albiero que de vez en cuando también practica las artes culinarias para sentirse cerca de casa.

Angela (no develó su edad pero admitió que vio varios mundiales) llegó hace 12 años desde Cali y se hizo amiga de Luz en nuestra provincia. Es hincha de América de Cali y admite que su música favorita es la salsa, no el vallenato que suena de fondo. “Eso es más costeño, nosotros somos de la rumba, la salsa y los licores”, dice con una sonrisa tímida. “De pronto sí, hablamos un poquito más que ustedes”, le dice Claudia durante una cálida charla constante en la que detallaba como la situación del dólar no le permitió volver a su país desde el que emigró buscando una mejor vida en el aspecto económico. “Se vino un poco abajo, ¿no?”, agregó Luz.

Ni bien aparecieron los jugadores rumbo al campo empezaron las emociones. Respetuoso silencio para himno entonado por Abel Pintos y acompañamiento al unísono con Karol G cuando cantaron el colombiano.  En ese instante se terminó el clima festivo, la tensión y nerviosismo se apoderaron del búnker cafetero. “Uuuuuuuuuh”, y ciento de onomatopeyas acompañaron el trayecto de la pelota desde que salió del botín de Jhon Córdoba, hasta que besó el palo de “Dibu” Martínez.

COCINA. Luz y su hijo Duvan prepararon los patacones con queso costeño. Foto: Juan Pablo Sánchez Noli - LA GACETA

Las emociones estuvieron a flor de piel durante los 120 minutos y el único momento de silencio sepulcral fue cuando la cámara enfocó a Lionel Messi tomándose el rostro, llorando desconsoladamente. Lo sienten propio, suyo. “Ay no…”, fue lo único que se escuchó, como probablemente en gran parte del continente.

“Que partido Dios mío”, “Ay Dios, que no lleguemos a los penales”, se escuchó una y otra vez, el partido frenético elevó las pulsaciones al límite. “Por favor penales nooooo”, gritó Duvan cuando terminó el primer tiempo extra, la figura de “Dibu” empezaba a hacerse gigante en la cabeza de los colombianos. Ya no había tiempo para chicanas ni propuestas de casamiento (Duvan le habría prometido que si Argentina salía campeón en Qatar, le pedía casamiento a Lourdes, algo que aún no pasó). “Ni un anillo de plástico”, reprochó entre risas la novia que espera ir al altar pronto.

PASIÓN. Los colores de la bandera colombiana brillaron en las manos de Luz Mary. Foto: Juan Pablo Sánchez Noli - LA GACETA

Finalmente no hubo penales, el gol de Lautaro Martínez sentenció la historia y le dio un título más a la selección argentina. Hubo aplausos de los colombianos que admitieron haber perdido ante el mejor, aunque presentaron batalla. “Si supieras que soy fuerte/ Tanto que de comprenderte/ Los caminos se hacen largos/ Y el caminante, luego de caer/ Tiene que ser fuerte, para levantarse”, decía la letra del vallenato que recibió a LA GACETA en el búnker colombiano en el corazón del microcentro tucumano. Y Argentina sabe de ser fuerte y levantarse, ahora le tocará a Colombia ir por ese mismo camino; se les negó el título tras 23 años, pero un poquito contentos se pusieron, por Messi, por Di María y por esa Argentina que los recibió con los brazos abiertos hace más de 10 años y tan bien los cobijó. Las caras largas durarán porque el éxito se les escurrió como arena entre los dedos. Pero Argentina es así, te atrapa y así como Luz había admitido hace unas semanas que hincharía por los de Lionel Scaloni, el “Nunca niegues que te amo”, de Los Inquietos del Vallenato, le recordaron el amor por patria y la hicieron sentir orgullosa de pelear mano a mano contra la Scaloneta multicampeona.