Esta historia sobre la reforma política comienza un par de años atrás.Tiene dos momentos importantes previos y un solo protagonista excluyente, el gobernador Osvaldo Jaldo.
La génesis está en la interna peronista de 2021 entre jaldistas y manzuristas. El entonces vicegobernador perdió esa elección, pero terminó ganando un ensayo de 513 días en la gobernación (al reemplazar a Juan Manzur). Ese tiempo, dicen en su entorno, le sirvió para conocer los vericuetos del máximo poder y planificar cómo encararía la gestión propia y la conducción del oficialismo. Y aquí está el primer momento. Jaldo definió algunas cuestiones fundamentales para lo que vendría: que confiaría en su instinto; que quería ser el jefe absoluto de la gestión; que había mucho para cambiar y, sobre todo, que iba a ir por todo y a fondo. Por todo y a fondo.
Radicales le pidieron a Jaldo que cumpla su “pacto” en Tucumán y reclamaron "reformas de fondo"La segunda instancia es más reciente y tiene que ver con el riesgo que asumió al acercarse al mileísmo desde el inicio de la gestión nacional. El tranqueño no sólo afrontó las críticas del PJ, su partido, sino que permanece en la misma posición aún cuando el rumbo del gobierno libertario, sobre todo en materia económica, es incierto. Jaldo siente que una vez más jugó fuerte y que el saldo es positivo. Evalúa que su acercamiento al mileísmo redunda no sólo en beneficios económicos para la Provincia sino también políticos. Sobre algunos escritorios de la Casa de Gobierno hay sondeos y encuestas frescos que dan cuenta de que la imagen positiva del mandatario supera el 70%. El gobernador aún está sonriendo y no sólo por eso. Dirigentes allegados cuentan que, aliviado tras los nervios previos, sigue encantado con cómo salieron los actos por el 9 de Julio, la visita presidencial y la firma del Pacto de Mayo en la provincia.
Quienes lo conocen bien aseguran que no es que Jaldo se subió precisamente a la ola libertaria, sino que tenía previsto tomar medidas similares a las de Milei desde que ganó las elecciones locales. El tucumano es afín, además, a parte de las medidas que lleva adelante la Nación. Añaden que Jaldo leyó e interpretó el mensaje de las urnas y afirman que actuó en consecuencia. Hasta en su entorno más cercano desconocen -y temen- sobre cuáles serán sus próximos pasos y el alcance de los cambios que quiere emprender.
Lo que sigue ahora es el tercer eslabón en la cadena de riesgos. Los vientos que vienen desde Buenos Aires cantan una nueva canción y es sobre la reforma política. Tras la aprobación de la Ley Bases y del Paquete Fiscal, por impulso de la Rosada comenzarán a discutirse en el Congreso modificaciones al sistema electoral para 2025. Ese clima será propicio, interpretan en la Provincia, para las conversaciones sobre el régimen local.
Jaldo se adelantó y convocó el jueves a la oposición a firmar un pacto de gobernabilidad, como el que rubricó Javier Milei con los gobernadores. Los ministros y funcionarios que lo rodearon en la conferencia de prensa no estaban al tanto de lo que haría.
El mandatario tomó como base el documento propuesto por el Arzobispado durante la última campaña y al que adhirieron la mayoría de las fuerzas. Uno de los puntos que incluye es, precisamente, el de cambiar el sistema electoral.
En el jaldismo entienden que en los primeros ocho meses de gestión tuvieron que desactivar conflictos y acomodar las finanzas. Ahora, consideran, podrán comenzar a asumir los compromisos de campaña y a avanzar con la política.
Reforma constitucional
En los alrededores de Jaldo afirman que viene pensando en una reforma política en general desde el momento en el que fue electo. Advierten en sus cercanías que tanto las discusiones nacionales sobre el asunto como su buena imagen le dan el contexto perfecto para dar el puntapié en Tucumán. Por ello, próximamente habrá una ronda de reuniones con las fuerzas que cuentan con representación parlamentaria para conversar y poner ideas en común. Además, en el Ejecutivo se armarán equipos de trabajo para ir avanzando en distintas propuestas. En las oficinas de la Gobernación afirman que serán clave para la empresa que comienza figuras como la Fiscal de Estado, Gilda Pedicone y el Secretario General de la Gobernación, Federico Nazur.
Los pocos que han hablado de este tema con el primer mandatario afirman que el “plan Jaldo” implicaría una reforma a fondo, “en serio”. Aseguran que eso implicaría necesariamente cambios en la Constitución Provincial ¿Jaldo emprenderá entonces una reforma? Estaría en la cabeza del mandatario hacerlo y ya contaría con un borrador con ideas propias. Cerca del gobernador consideran que cualquier otro tipo de retoque sería sólo “maquillaje”. Jaldo habría repetido ante varios que no quiere un “traje a medida” sino un texto moderno, que sirva para regir la vida de los tucumanos por los próximos 20 años. Sí hacen una salvedad: para concretarse, será necesaria la anuencia y participación de las fuerzas políticas de la oposición. Por ello, en 25 de Mayo y San Martín vieron con buenos ojos los reclamos de varios referentes, como del radicalismo y de Creo, de que se convoque a una modificación del texto Constitucional. A esto responde también el reciente llamado de Jaldo.
El plan
¿Qué se cambiaría? Todo es prematuro, pero la profundidad de la reforma es un asunto medular a determinar. La idea de Jaldo, aseguran, sería arrancar con ítems clave que quedarían plasmados en el pedido de declaración de necesidad de una reforma que deberá enviar a la Legislatura. A las iniciativas del Ejecutivo se sumarían eventualmente las que se acuerden con la oposición, con otras líneas del peronismo y con instituciones del medio. Habrá dos grandes conjuntos de temas que no faltarán a instancias de la Casa de Gobierno: la reformulación de los artículos que la Justicia volteó de la Constitución alperovichista de 2006 y las nuevas reglas de juego del sistema electoral.
Habría otra serie de incorporaciones que querría incluir el tranqueño y que entrarían en estudio, que tiene que ver con garantizar derechos para la ciudadanía, como el acceso a la vivienda o a servicios públicos de calidad, o el limitar la planta de empleados estatales al 50% del Presupuesto. La reforma podría tocar intereses de varios sectores. Se añadirían también algunas propuestas para el funcionamiento de la Justicia y una de ellas apuntaría a que los jueces deberían “revalidar” sus puestos cada cuatro años. El cómo se pondrá en análisis pronto.
¿Qué pasará con los acoples? Un punto urticante para la dirigencia. En los últimos años, la oposición fustigó principalmente el sistema de acoples -figura en la Constitución- porque beneficia al oficialismo. Algunos impulsan que se limiten por ley y otros, que sean eliminados en una reforma. La idea que podría llevar Jaldo adelante sería la segunda. Pese a que su dirigencia se opondría, el gobernador querría terminar con las colectoras y que cada partido celebre sus internas para definir candidatos a todos los puestos antes de las generales. Tampoco volverá el sistema de lemas. Jaldo sostendría que no emprendería una reforma para “los políticos” sino para la ciudadanía. Esta novedad ya genera ruido puertas adentro del oficialismo, donde habrían elaborado algunas opciones para limitar las colectoras o bien, para cambiarles el nombre. El gobernador estaría dispuesto a pagar también ese costo político entre los suyos. En cuanto al sistema de votación, se mantendría el voto de papel, aunque con la boleta única.
¿Habrá cambios en la modalidad reelección? Lo único descartado totalmente es la habilitación de la indefinida. Sí estaría escrita en el borrador de Jaldo la posibilidad de acotar a un solo mandato los cargos ejecutivos y legislativos, desde el gobernador y los legisladores para abajo. Otro aspecto polémico y disruptivo para la dirigencia peronista.
¿Cuándo? Jaldo marcó el inicio del proceso de manera pública tras el 9 de Julio. Institucionalmente, pronto se convocará a los partidos a discutir el sistema. Tras comprometerse a una reforma en su discurso del 1 de Marzo, Jaldo adelantó que no sería este año. Sí verían con buenos ojos convocar a la elección de convencionales constituyentes durante las elecciones parlamentarias del 2025. El sistema de elección será el que está vigente en la provincia, es decir, podrían ser los últimos comicios con acoples.
En la Cámara
Desde que Jaldo sorprendió al prometer cambios en las reglas electorales al inicio del año legislativo, en la Legislatura se han presentado una docena de iniciativas. En el Poder Legislativo se venía hablando de los cambios y de las posibilidades. No estaban al tanto de que se iría en serio con una Reforma Constitucional, pero fue bien recibido el tema. En los distintos bloques, proliferarían diversos proyectos más tras las vacaciones de julio. Algunos parlamentarios estarían trabajando en la elección de legisladores por departamentos (en el caso del Este y el Oeste) y no por secciones; en subdividir la Capital en cinco subzonas; en la municipalización de algunas comunas grandes
Tras la interna y el acercamiento a Milei, Jaldo se prepara para su tercer riesgo: el convocar a una reforma Constitucional. El tranqueño podría emprender, con su propio plan, el camino político del que se hablará en los próximos meses.