En 2020, el abogado Fernando E. Juan Lima asumió la mayor responsabilidad de su vida pública cuando sucedió a José Martínez Suárez en la presidencia del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el único de Categoría A en América Latina, uno de los sólo 15 que hay en todo el mundo y -asimismo- de los más reconocidos. El hermano de Mirtha Legrand había ocupado ese cargo por una década, hasta su fallecimiento en agosto de 2019, a los 93 años.

El jueves, Lima renunció al cargo por profundas diferencias con la conducción del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (y, por su intermedio, con el Ministerio de Cultura de la Nación) que hizo públicas en las redes sociales. Su alejamiento sumió en una profunda crisis al evento, cuya 39 edición está programada entre el 21 de noviembre y el 3 de diciembre.

“Me pesa tener que irme así, tan avanzado el año y con tantas cosas en proceso para la próxima edición. El tema es que son muchas (demasiadas) las cosas que no compartimos, las ausencias que se vienen señalando y los avances y actos que consideramos impropios. Frente al planteo de estas circunstancias la decisión política fue la de que no continuase en el cargo”, planteó al hacer pública su dimisión en Instagram, con un texto en el cual se desprende un halo de destitución.

“Hemos intentado hacer lo mejor que pudimos, en circunstancias difíciles (desde febrero de 2020 los tiempos no han sido particularmente luminosos). Nadie es dueño del festival, que es de todos. Espero que se tomen las decisiones necesarias para que el festival mantenga su nivel y calidad artística, que crezca y que se respete su mirada humanista y sus lineamientos de libertad, inclusión y diversidad”, agregó en su pronunciamiento.

Abogado con orientación en Derecho Público (egresó de la UBA con diploma de honor por su tesis orientada en la importancia de la ayuda estatal para sostener las producciones audiovisuales), periodista y crítico cinematográfico, Lima fue redactor de la revista El Amante, condujo el ciclo “Cinema mon amour” de Canal (á), y estaba en radio con su programa “La Autopista del Sur”, en un recorrido destacado en el campo cultural.

En la organización del festival, era secundado por encabezado Pablo Conde como director artístico, cuyo destino aún se desconoce. Institucionalmente, hace pocas semanas se suscribió el convenio con la Fédération Internationale des Associations des Producteurs de Films, que mantiene la Categoría A para Mar del Plata hasta 2027, pese a la dudas existentes.

Sin fondos nacionales

La situación planteada agravó y volvió a poner en duda la concreción misma del festival. Ocurre que en este año será la primera vez que no contará con financiamiento del Estado nacional y se buscarán aportantes privados (aunque se anticipó que municipio balneario aportará el grueso de los recursos para su realización) y además habrá que pagar para inscribir las películas en competencia o exhibición (el plazo para hacerlo vence el 31 de este mes, de forma on line), lo que tampoco se dio nunca antes.

El 27 de junio, en la red social X, el Incaa (que conduce el economista Carlos Pirovano, cuestionado por diferentes actores de esta actividad) anunció que “estará a cargo del contenido artístico del Festival, seleccionando las películas y los jurados para las diferentes secciones. Mientras tanto, la Ciudad de Mar del Plata, con el respaldo de fondos privados, asegurará que el Festival siga destacándose en el circuito internacional de cine”.

“En tal sentido, se cobrará una inscripción para participar, algo que es usual en los festivales internacionales pero que la gestión anterior en la Argentina no lo hacía. Además, será incentivado a través de una sociedad de gestión, que incorpora capital privado. Esto permitirá una administración eficiente y productiva de los recursos, siguiendo el mandato del Presidente Milei de ahorro y cuidado del dinero del contribuyente”, agregó en su comunicado oficial.

Los montos a abonar son de U$S50 para un largometraje internacional; U$S25 para un medio o corto internacional; $30.000 para un filme largo nacional y $15.000 para un corto argentino.