Hay ciudades, o zonas dentro de ellas, en la que las “torres Pelli” son parte inescindible del paisaje que impregna el imaginario de locales y extranjeros. Kuala Lumpur, Santiago de Chile, Sevilla, Milán, Bilbao, Central Hong Kong, Puerto Madero, Fuencarral en Madrid, Docklands en Londres, Odaiba en Tokio o Battery Park en Manhattan. El nombre de César Pelli figura en la mayoría de las nóminas que la prensa generalista o especializada confecciona cuando arma los “top five” de diseñadores contemporáneos de rascacielos a nivel mundial. ¿Qué otro tucumano puede integrar una nómina, no mayor a la cantidad de dedos de una mano, que aglutine a los mejores de su disciplina? En este sentido, César Pelli es el tucumano que llegó más alto…
Sus Petronas tuvieron el récord de altura a nivel mundial entre 1996 y 2003. Con sus 452 metros siguen siendo las torres gemelas más altas y constituyen el símbolo que identifica a Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Sus torres son los edificios más altos de Sevilla, Bilbao, Tokio (y de todo Japón), Milán (y de toda Italia). Uno de los dos más altos de Hong Kong, Londres y Madrid, y el mayor rascacielos de Sudamérica –la Gran Torre Santiago- fueron concebidos por él…
Sus proyectos, en conjunto, movilizaron el equivalente al producto bruto de un país como Uruguay, dando trabajo a decenas de miles de personas Rascacielos corporativos, viviendas, universidades, teatros, estadios, hoteles, museos, hospitales, aeropuertos. Cientos de miles de personas viven, trabajan, visitan o recorren sus edificios cada día. Ha cambiado su forma de producir, estudiar, viajar, curarse o entretenerse. Su obra inyecta estética en múltiples ciudades y en millones de habitantes que contemplan periódicamente sus creaciones…
Su primer diseño “moderno” fue una vivienda de un ambiente para un trabajador de la zafra cañera. Pero en esos años de estudiante también apareció el germen de una obra con capacidad de albergar a todos los habitantes de una ciudad…
En 1960 regresó brevemente a Tucumán, como profesor de la Facultad de Arquitectura, y vivió en las residencias universitarias de Horco Molle, casas sobrevivientes del gran plan inconcluso de Descole. Elaboró, junto con Vivanco, un proyecto para un concurso de un centro cívico en San Francisco, Córdoba. Una tormenta demoró el correo un día, el proyecto llegó tarde y la posibilidad de quedarse en la Argentina se diluyó…
A principios de los 80, su entonces pequeño estudio fue invitado, a último momento, a participar en el concurso para construir el World Financial Center. El lugar no podía ser mejor. Battery Park City, en el área de Wall Street, sobre el río Hudson y en un espacio vecino a las célebres Gemelas. Pelli les ganó a muchas de las más grandes firmas norteamericanas y pudo concretar su primera obra de gran escala…
Las cifras de la Petronas son impactantes. 160.000 metros cúbicos de hormigón, 65.000 metros cuadrados de revestimiento de acero inoxidable, medio millón de toneladas de peso, 32.000 ventanas, 1.600 millones de dólares de costo, 88 pisos, 78 ascensores. Allí viven y trabajan 10.000 personas. En sus 341.780 metros cuadrados de superficie útil -teniendo en cuenta que en diez metros caben apretadas 50 personas- entrarían todos los habitantes de Tucumán…
En la nómina de sus galardones hay una resonante ausencia. No recibió el Pritzker, el Nobel de la arquitectura. Lo merecía tanto como Borges su Nobel. Pelli era, para muchos, un arquitecto inclasificable…
El gran proyecto para su provincia, el edificio público con el que soñó, fue el Centro Cívico que se haría en Los Pocitos, Tafí Viejo. Una obra de 66.000 metros cuadrados, en un predio de 17 hectáreas, que albergaría la casa de gobierno y buena parte de las dependencias de la administración pública, contribuyendo a descongestionar la capital y brindando un espacio pensado para mejorar el trabajo de quienes deben gestionar la provincia.