El 9 de julio que pasó pudo haber sido una de las jornadas más provechosas del accionar político de Osvaldo Jaldo. El gobernador tucumano logró consolidarse como líder regional frente a los ojos de la Casa Rosada, más allá de la fecha patria. Más allá de las restricciones propias de una visita presidencial, le ofreció a Javier Milei un escenario amigable en una provincia netamente peronista. Por eso la emblemática foto en la que se ve al gobernador y al jefe de Estado nacional caminando alegremente por las veredas internas de la Casa Histórica, algo impensado antes del acto del lunes por la noche. La firma de 18 mandatarios provinciales tumba cualquier intento de llevar al fracaso a un acuerdo que fue preparado cuatro meses antes por la Casa Rosada y que, del 25 de Mayo, pasó a firmarse este 9 de Julio, y en Tucumán.
Ahora bien, ¿el Pacto de Mayo se quedará solo en esa foto que el Presidente se sacó con los gobernadores en territorio tucumano? La instrumentación de las medidas del Acta de Mayo tendrá que ser gradual, pero no de mucho tiempo de discusión si es que el Gobierno nacional quiere resultados inmediatos que, al menos, le permita superar el test electoral de 2025. Los problemas del día después del feriado siguen latentes. La Argentina necesita estabilidad monetaria y cambiaria y eso no se cambia de la noche a la mañana.
Para ser más gráfico como el significado del Pacto de Mayo y sus efectos en la economía cotidiana, la realidad del país es como la de una persona que necesita de la tarjeta de crédito o de la libreta del almacenero para llegar a fines de mes. El comerciante o la emisora del plástico le fiará o le dará mayor margen de maniobra en la medida que el cliente demuestre que es confiable y que tenga la capacidad suficiente de pago de las obligaciones que asume. El riesgo país, que ahora se ubica en 1.491 puntos básicos, es la tasa que el deudor debe pagar para acceder al financiamiento. Se trata de un porcentaje elevado (casi 15%) respecto de lo que pagan sus vecinos (3% a 4%), que sí han demostrado que honran sus deudas. Pero hasta ahora, la Argentina (aquella deudora) sólo tiene una boca de acceso al financiamiento. Por eso es tan caro pedir plata. Y, lo peor, de difícil acceso, por aquello de que defaultea cada tanto. La reconstrucción de la credibilidad del país puede llegar de la mano del acuerdo, de esta foto que dio vueltas por el mundo con la idea de mostrar que la Argentina puede ser un país en serio y con consenso político. Y allí surge la otra parte del Pacto de Mayo: ¿qué hacemos después? Es lo que vienen advirtiendo los gobernadores dialoguistas que, antes de la firma del acuerdo, se reunieron en el octavo piso del hotel Sheraton Tucumán. Con Jaldo de anfitrión, a esa cumbre asistieron el salteño Gustavo Sáenz; el cordobés Martín Llaryora; el neuquino Rolando Figueroa; el rionegrino Alberto Weretilneck, el catamarqueño Raúl Jalil y el misionero Hugo Passalacqua. Jaldo abrió el juego con aquello de que el acuerdo debe ser lo más federal posible y que el bloque tenga las garantías suficientes para que las respuestas de la Casa Rosada sean las más efectivas posibles para sacar a cada distrito de los efectos de la recesión económica nacional. Fue un primer intento de los dialoguistas con el fin de romper los ejes regionales que los distancian. Claro está que los patagónicos han conformado una postura sólida como en la anterior administración de Gobierno la tuvo el Norte Grande a la hora de pedir obras y financiamiento al Gobierno nacional. Llaryora sería el epicentro de este grupo. Por eso el cordobés fue muy concreto en su planteo a Milei cuando dijo que estaba todo bien con que el Gobierno nacional, en sus primeros seis meses de administración haya realizado los deberes fiscales para mostrarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) que la Argentina tiene la voluntad de llegar al déficit cero y hasta alcanzar un superávit financiero, más allá de la inflación. Pero, al mismo tiempo, el mediterráneo marcó la cancha, al apuntar que, para el segundo semestre, aquella ancla fiscal, construida sobre la base de ajustes en las jubilaciones, bajas de subsidios económicos, con subas de tarifas incluidas, y menos transferencias a las provincias, debe revertirse a través de un plan productivo. Fue una manera elegante de decirle a Milei que llegó la hora de sacar el pie del cuello a la sociedad toda, y a la clase media en particular, con los aumentos de tarifas, con mayor previsibilidad a la hora de aplicar políticas laborales que tiendan a conservar el empleo, y con medidas que tiendan a disminuir los índices de pobreza y de indigencia en la Argentina. En parte, es lo mismo que piensa otro bloque de gobernadores, los de Juntos por el Cambio, que en el entrepiso del mismo hotel también analizaban cuáles son los primeros efectos esperados del Pacto de Mayo.
La gran duda de los gobernadores es cómo instrumentará el Presidente de la Nación la promesa que hizo por cadena nacional para aplicar una “reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio”. Los niveles actuales de ingresos tributarios están estrictamente relacionados con la estrepitosa caída de la actividad económica. Y eso sólo puede mejorar en la medida que el ministro de Economía, Luis Caputo, y el de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, logren consolidar una batería de medidas que apuntalen al sector privado. No hay fondos discrecionales y la reactivación de la obra pública sólo se ha logrado a través de la firma de una serie de documentos, pero el financiamiento no aparece. Esos convenios pueden servir para sostener la empleabilidad y el consumo en cada distrito.
La búsqueda del equilibrio fiscal
¿Qué puede pasar en Tucumán tras la firma del acuerdo? Jaldo tiene claro que tendrá que seguir tomando medidas para contener el gasto público. Esos $ 32.000 millones de ahorro que se generan por la reducción de la estructura estatal no resultan suficientes para afianzar el equilibrio fiscal en la provincia. Habrá más medidas de ajuste, pero no por el lado de los trabajadores, advierten en la Casa de Gobierno. La recaudación de impuestos no debe decrecer en su ritmo de cobro. De hecho, el Poder Ejecutivo trata de sostener los ingresos afianzando el control a los grandes contribuyentes y actualizando a razón del 30% trimestral las valuaciones de las propiedades. El gasto en Personal no puede exceder el 50% del total de erogaciones. Bajar ese porcentaje es una meta de mediano plazo. Con el retiro voluntario y las jubilaciones ordinarias, además de la contención en las designaciones de personal, el Ministerio de Economía tendrá que bajar entre 4 y 6 puntos porcentuales para alcanzar aquel objetivo. En plata implicarían entre unos $ 6.000 millones y $ 8.000 millones adicionales al mes como piso. Los cambios de funcionarios están latentes, aunque el gobernador se tomará más tiempo para definir esas modificaciones en el elenco gubernamental. Los próximos 10 días serán de reflexión en ese sentido y de evaluación de desempeño para varios integrantes del Poder Ejecutivo.
Martín Menem criticó a los gobernadores que se ausentaron al Pacto de MayoEn lo político, Jaldo está seguro de que ha afianzado su centralidad. El gobernador siente que es el conductor del PJ, más allá de que no presida el distrito y que, ante todo, cualquiera sea la estrategia electoral que se piense para 2025, todas deben pasar por la revisión de la Casa de Gobierno. Ese el efecto político de haber elegido el camino del dialoguismo.