Todo el mundo sabe en la Argentina qué es un Bon o Bon. Ese éxito comercial de crema de maní recubierto de galleta y chocolate está cumpliendo 40 años. Se trata de uno de los productos insignia de la fábrica Arcor, salió al mercado en 1984 en tiempos de Fulvio Pagani, fundador de la empresa y también creador de la Semana de la Dulzura. A diferencia de otros bombones, Pagani quería que esta novedad se vendiera de forma individual y a un precio accesible. Estas características, sumadas a su originalidad y sabor, hicieron que el bocadito de chocolate recorriera el mundo.

El bombón argentino está inspirado en Serenata de Amor de la marca brasileña Garoto, una de las principales marcas chocolateras del mundo fundada en 1929. Serenata formaba parte de una caja surtida amarilla que se había vuelto muy popular. Era un bombón relleno de crema de castañas de cajú y bañado en chocolate. Décadas después y a partir de este dulce, nació una de las golosinas más queridas por los argentinos, el Bon o Bon, que hoy está presente en 80 países.

Hijo de inmigrantes italianos, Fulvio Pagani vio la oportunidad de introducir la alternativa de Arcor cuando la importación de golosinas brasileñas se interrumpió en los años 80. A diferencia de Serenata de Amor, Pagani decidió dar a Bon o Bon un relleno de maní, un ingrediente local de Córdoba, la provincia de origen de la compañía. Esta decisión fue clave para el éxito del producto, ya que permitió a la empresa usar una materia prima abundante y de calidad.

Aparece la Semana de la Dulzura

En 1989, Fulvio Pagani, en colaboración con la Asociación de Distribuidores de Galletitas, Golosinas y Afines, instauró la "Semana de la Dulzura" en julio, una iniciativa que impulsó las ventas del Bon o Bon y de otras golosinas.

Si bien el objetivo inicial fue comercial, a lo largo de los años se instaló como una fecha que va más allá de eso y se volvió una tradición en la Argentina. Durante la pandemia de coronavirus, el eslogan inicial, "una golosina por un beso", se adaptó a "un beso virtual por una golosina real".

La expansión internacional

El Bon o Bon no solo es un ícono de los kioscos argentinos, sino que también ha conquistado el mercado internacional. En 2013, Arcor invirtió 85 millones de dólares para expandir la capacidad de su fábrica en Brasil y otros 35 millones para posicionar el producto. También llegó a Estados Unidos con el nombre Whisper y a México, por medio de un acuerdo con Bimbo.

El 70% de la producción total del Bon o Bon se exporta. En algunos mercados existen versiones desconocidas en la Argentina, como el relleno de frutilla y de crema en Brasil, o el de té matcha en Japón. En 2022, Arcor inauguró su nueva planta en Angola, que supuso una inversión de 45 millones de dólares. Gracias a esta capacidad de producción, el Bon o Bon ingresó a otros países de África, desde Congo y Zambia hasta Namibia y Botswana.

El Bon o Bon es un testimonio del éxito de Arcor y de cómo una idea inspirada puede transformarse en un fenómeno global, presente en los paladares de millones de personas en todo el mundo. Por eso nada mejor que celebrar sus 40 años con un beso y un bombón.

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