Que la victoria agónica del pasado fin de semana no nuble la realidad de este equipo. A pesar de que sus números son positivos en lo que va de la temporada, en el desarrollo del juego este San Martín de Tucumán deja mucho que desear. No muestra seguridad en defensa, le cuesta generar situaciones de gol y cuando tiene la posibilidad de ser efectivo en los últimos metros falla de manera inexplicable. Para colmo, a esas falencias se le suman la inentendible necesidad de entrar en lo extrafutbolístico, un aspecto que le terminó costándole la expulsión a Gonzalo Klusener.

Con la baja de Nahuel Banegas (se había negado a viajar porque tendría cerrada su llegada a Tigre) Diego Flores sólo cambió el lateral izquierdo y mantuvo el mismo esquema que había planteado contra el “botellero”. Con el 4-3-3, el técnico del “santo” apostó por la jerarquía para ir en búsqueda de la quinta victoria lejos de casa, pero no estuvo ni cerca.

El equipo volvió a mostrar el flojo desempeño que lo hizo perder en Jujuy y que casi lo lleva a quedarse con un pálido empate en La Ciudadela.

El medio campo de Gustavo Abregú y Pablo Hernández no encontró solución para salir de la monotonía de los pases a los defensores. Perdió demasiado ante la dupla de Juan Fernández Pinto y Nicolás Gómez, y el único que intentó romper ese bloque defensivo fue Juan Cuevas.

El volante probó al arco durante el primer tiempo e intentó aportarle velocidad a la mitad de la cancha en los primeros minutos, pero no pasó de eso. Su nivel decayó al igual que el resto del equipo.

Esos problemas en la mitad lo terminó pagando en el ataque. Junior Arias intentó pivotear, pero quedó muy sólo por el medio e intentó generar algo por las bandas. Mientras que Gonzalo Rodríguez tuvo un partido para el olvido. Jamás pudo imponerse en el uno contra uno y sólo se enfocó en enviar centros sin dirección, situación que lo llevó a ser reemplazado en el complemento.  

A diferencia del duelo contra el “botellero”, esta vez Matías García no logró conducir al equipo. Chocó demasiado con la marca y se vio contenido para entrar en el área rival.

En tanto que en el rival, Jorge Cordon con su 4-4-2 encontró la receta que siempre golpea a este San Martín: la presión alta. Desde la primera fecha a la actualidad los de Flores siempre sufren con el doble “9”  y sobre todo, cuando no tienen una salida limpia en los pies de Darío Sand.

Si bien el “santo” falló en esos dos aspectos, le peor se vio en el fondo. Por los laterales, Diego Mastrángelo demostró que no puede ser una ayuda en el ataque y perdió la marca de Federico Murillo que entró sólo por la izquierda para el 2 a 0. Antes, Nicolás Gómez le había ganado en las alturas a Gonzalo Bettini para abrir el marcador.

Otro punto bajísimo estuvo en la zaga de centrales. Agustín Dattola empezó muy desatento, pero mejoró un poco en el complemento. Mientras que Juan Orellana pecó de inocente cuando el “santo” tenía uno menos y regaló la pelota para la contra del “verdolaga”, que terminó sentenciada con el tanto de Franco Cacéres.

Ferro no marcó el cuarto porque le faltaron minutos; mientras que San Martín sigue mostrando poco juego, ineficacia y ahora le sumó una llamativa flaqueza defensiva.