En invierno bajan las temperaturas y hay menos luz durante el día. Estos cambios pueden afectar nuestro sueño, lo que en algunos casos puede generar somnolencia diurna, fatiga, irritabilidad y dificultades para concentrarse.

¿Qué sucede con el sueño en invierno? La menor cantidad de horas de luz solar durante el día puede alterar nuestro reloj biológico, haciendo que nos sintamos más cansados por la mañana y más despiertos por la noche.

Esto se debe a que la luz solar juega un papel fundamental en la regulación del ciclo de sueño-vigilia. Cuando hay menos luz solar, nuestro cuerpo produce menos melatonina, una hormona que nos ayuda a dormir. Este ciclo se basa en la exposición a la luz y la oscuridad, y tiene una duración de aproximadamente 24 horas.

El biólogo Diego Golombek, especialista en sueño, explica en el podcast Comité del Sueño de Calm Simple: “Nuestro cuerpo tiene un reloj interno que regula cuándo dormir y cuándo estar despiertos. Este reloj se ve afectado por la luz, la oscuridad, la temperatura y otros factores”.

Para optimizar la relación entre el reloj biológico y el sueño, Golombek aconseja buscar que nuestro lugar para dormir sea un espacio silencioso, oscuro y templado. Además, para mantener un sueño reparador durante el invierno es importante seguir algunas recomendaciones:

• Mantener una rutina de sueño regular: acostarse y despertar a la misma hora todos los días.

• Exponerse a la luz solar durante el día y crear un ambiente propicio para el sueño en la noche.

• Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse: Estas sustancias pueden interferir con el sueño.

• Realizar actividad física regular: El ejercicio puede ayudarte a dormir mejor, pero hay que evitar hacerlo demasiado cerca de la hora de acostarse.

• Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse: La luz azul emitida por las pantallas puede interferir con la producción de melatonina.

Dormir lo suficiente es esencial para nuestra salud física y mental. Un sueño reparador nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, nuestra concentración, nuestra memoria y nuestro sistema inmunológico, resaltó Golombek.