Los dirigentes tucumanos del PRO suspiran y tragan saliva ante cada consulta. Por estas horas, vadean entre el hartazgo, la incertidumbre y los reproches cruzados. Desde la génesis del armado del partido, los locales han tenido que trazar su camino con la mirada en Buenos Aires y atraviesan ahora otro episodio en el que las definiciones se darán lejos. El desenlace de la asamblea del jueves para la definición de autoridades incluyó empujones y portazos. Si bien el resultado era esperado por todos, no contaban con que se daría en un ambiente tan ríspido.
El quiebre entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri quedó formalizado públicamente y proliferan las dudas sobre el futuro cercano del armado. En términos públicos, la reyerta entre los sectores que encabezan la ministra de Seguridad de la Nación y el expresidente tiene como base dos puntos: la disputa de poder por el liderazgo y el tipo de relación que cada uno pretende que el PRO tenga con la gestión de Javier Milei. La ex presidenta del partido lógicamente va por el cogobierno y el actual titular, por un apoyo, pero con condiciones. Off the record, sin embargo, dirigentes de ambas líneas aseguran que Macri habría propiciado una ruptura porque querría volver a ser protagonista y no consiguió de La Libertad Avanza (LLA) ni los puestos ni la participación que habría pretendido en la gestión.
Algunos referentes tucumanos que tuvieron contacto con el actual titular del PRO durante las primeras instancias de la era Milei habían comentado que Macri expresaba que tenía planificado permanecer en silencio durante algún tiempo y que luego saldría gradualmente a “chocar” a la gestión. Se cumplió tras la sanción de la Ley Bases.
Fue primero mediante un duro informe de la Fundación Pensar, el think tank (una usina de ideas), firmado por Macri y por la titular de la organización, María Eugenia Vidal. Planteó dudas nada menos sobre la viabilidad del plan económico de la Rosada que es, probablemente, uno de los puntos más flacos de los libertarios. Luego, fue mediante la red social “X”. Mauricio publicó un mensaje dual para Milei en el que lo respalda, pero reclama que pague la deuda que actualmente mantiene la Nación con la Ciudad de Buenos Aires, que gobierna su primo Jorge Macri, por la coparticipación.
En este contexto de ebullición, es altamente probable que Tucumán también sea escenario de un hecho trascendente: Macri y Bullrich se verían cara a cara aquí por primera vez desde la ruptura. Según fuentes cercanas al ex mandatario, se encontraba en Europa y analiza volver al país en estas horas para participar mañana a la noche de las conmemoraciones por el 9 de Julio y la firma del Pacto de Mayo. De hecho, sería el único de los ex presidentes invitados que concurriría.
Los amarillos
En Tucumán, el grueso de los integrantes del PRO están en la línea bullrichista. Hay, sin embargo, también varios nuevos y viejos macristas. Los asambleístas de los dos bandos viajaron a Buenos Aires para el acto, pero pocos se acreditaron y votaron. Sucede que la disputa se dio antes de esa instancia de definición. De los 11, unos pocos sufragaron. Entre otros, de la rama de la ministra, viajaron Nadima Pecci, Alvaro Apud, Jimena Estevez y Pablo Jimenez Mientras que para el aval al candidato macrista Martín Yeza, estuvieron Carla Porta, Benjamín Terraf y Daniela García.
La dirigencia es autocrítica y crítica sobre la situación en la que se encuentran. Coinciden en recordar que, desde el inicio del partido netamente porteño, siempre estuvieron en inferioridad numérica en este distrito y con dificultades para crecer. Si bien vivieron momentos de bonanza, como durante algunos tramos del gobierno de Macri, tuvieron que oficiar de partícipes secundarios en la política provincial.
Sucede que la convivencia con otras fuerzas de la oposición al PJ, reunida principalmente en la hoy desarmada coalición de Juntos por el Cambio y sus variantes anteriores, fue dura. Hay sectores que en los últimos años han prevalecido y han tenido espacios institucionales bajo las alas del alfarismo capitalino o del camperismo en Yerba Buena. Alcanzaron algunos espacios legislativos por el voto y comenzaron el año con un legislador y varios concejales en el interior. En el balance, el 2023 electoral fue tan fructífero como traumático: la interna nacional entre Patricia Bullrich y Horacio Rodriguez Larreta generó que se sumaran nombres y perfiles interesantes en el PRO y, que a la vez, tuvieran que quedar no sólo fracturados sino que relegados en su propia interna por otras figuras de espacios aliados como Germán Alfaro o Mariano Campero.
El partido permanece intervenido y, por el cambio en el nacional, se renovó la intervención hasta diciembre. Los interventores, que por un acuerdo eran del espacio de Bullrich y de Larreta, fueron reemplazados por el diputado bonaerense Alejandro Finocchiaro, más cercano a Macri.
Hay tres imágenes que sirven para desandar y dar marco la actualidad del PRO local:
1-La banca legislativa. José Macome fue hasta el mes pasado quien ocupó el cargo más importante del PRO en la provincia. El dirigente, que tenía un partido provincial que se alió al PRO antes de los comicios de 2023, obtuvo la última banca de la sección Oeste. Tras el ascenso de LLA, Macome se acercó al Gobierno nacional y es un hombre cercano al vicejefe de Gabinete, el tucumano Lisandro Catalán. Trabajó en la conformación del partido mileísta y se prepara ya para inaugurar su primera sede y lanzar afiliaciones masivas. Sin que lo vieran venir, sorprendió y cambió el nombre de su bloque de PRO a LLA. Hubo miembros del PRO que lo apoyaron y otros, que reclamaron que devuelva el escaño. Su estructura sigue conteniendo a dirigentes amarillos, afines a LLA, en la Cámara.
2-La reunión de integrantes del PRO con los de Fuerza Republicana. El movimiento de Macome derivó en otros hechos políticos dentro de su ex partido. Ambos espacios habían compartido la fiscalización del balotaje presidencial y hubo conversaciones sobre lo que vendrá en el año electoral. FR fue el primer aliado de Milei y conserva ese título, clave para los comicios que vienen.
3- La foto de Pablo Walter a la salida de la asamblea. La imagen del tucumano dio vueltas por todos los medios. Ofició de vocero de Bullrich y fue durísimo en las críticas hacia el macrismo. Denunció que se incumplió el acuerdo original, del que había participado. Afirmó que los otros pensaban en un partido chico, de amigos, de perdedores. Reiteró que quienes llevan adelante el quiebre son precisamente quienes perdieron la interna del año pasado. Se refirió a la parte del larretismo que está con Macri. “Nosotros perdimos y ganó La Libertad Avanza. El que fija las reglas de juego, nos guste o no, es Javier Milei. Me hubiese encantado que Patricia sea presidenta. Pero no ganamos nosotros”, lanzó. De acuerdo con diversas fuentes, las palabras de Walter, uno de los pioneros del PRO en Tucumán y quien sigue teniendo peso en la organización, cayeron pésimo en el entorno de Macri.
Las posturas tucumanas
Varios asambleistas expresaron su molestia porque les avisaron una semana antes de la convocatoria presencial. Cabe recordar que el organismo partidario es clave, por ejemplo, para el aval de alianzas electorales. A varios les irritó también tener que tomar una postura, cuando venían sin expresar su preferencia. Este punto, a su vez, también molestó a aquellos que se definieron de manera temprana al considerar que estaban especulando. Entre ambas vertientes se acusan mutuamente, de manera más o menos velada, de posicionarse con la intención de aspirar a algún beneficio o cargo eventual.
Los referentes de la línea macrista aseguran que no se rompió un acuerdo porque sí, sino que responde a que Bullrich pretendería que se fusionaran con LLA. “Ambas partes apoyamos al Gobierno, pero desde lugares distintos. Estar dentro de la estructura de la Nación quita autonomía”, reflexionó un referente de trayectoria. Consideró que Macri busca preservar la identidad del partido que fundó.
En general, se mostraron extrañados por los términos caóticos que tuvo el evento. Otra figura de esa línea consideró que se está ingresando a una nueva etapa, con una nueva generación que se siente representada por Yeza. “Algunos más cercanos a Patricia tienen la expectativa por un puesto, otros vamos por cuidar el sello y colaborar con el Gobierno, pero fortaleciendo el espacio propio”, subrayó.
Reiteraron que esta situación no implica que rechacen un posible acuerdo electoral posterior. Añadieron que en la asamblea se votó una expresión por la no unificación con el partido de Milei.
Los macristas están entusiasmados por la posible visita del ex mandatario. De hecho, muchos de ellos habían sido invitados a una comida con él mientras estuvieron en Buenos Aires. Por el viaje de Macri a Europa, el anfitrión terminó siendo el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri. En este sector recalcan que la mayoría de los gobernados y parlamentarios nacionales estarían del lado que integran.
Ya se encuentran, además, analizando nombres para reflotar en la provincia la Fundación Pensar. Por el momento, se habría barajado, entre ellos, los de Laura Costa o Mauricio Mahtuk.
Los representantes del bullrichismo tucumano insisten en que la ministra de Seguridad jamás habló de unificarse con los libertarios. Apuntaron directamente a la “traición” de Macri y a su resquemor por no tener un lugar preponderante en el Gobierno. Consideraron que estas cuestiones deben definirse en internas y consideraron que hacia eso va el partido. Agregaron que, por ejemplo, en 11 distritos había elecciones y se bajaron listas para acordar. “Patricia tiene el respaldo del votante del PRO y por eso se realizó el acuerdo para que ella presida la Asamblea. Estamos a favor de un cambio sin medias tintas y por eso ella, después de perder, salió a hacer campaña con Milei”, afirmó una referente de experiencia. Consignaron que la mayoría de las figuras nacionales en cargos importantes avalan a Patricia.
Adelantaron que en las conversaciones nacionales se afirma que no habrá una sangría, sino que lo más seguro es que formen una línea interna y que desde allí se dé la disputa. Consideraron que la elección de esta situación se está dando por parte de la dirigencia, que está dando la espalda a los votantes que optaron por Bullrich.
Desde ambos espacios consideran que tendrá que haber definiciones y que quedarán divididos. Avizoran, sin embargo, una oportunidad para crecer. Advierten que, si bien hay más nombres, no cuentan con suficientes referentes con volumen político. Todos coinciden en que, más allá de las buenas intenciones, es necesario contar con más territorio y trabajo en equipo. Hay un factor al que también temen: la posible injerencia del gobernador Osvaldo Jaldo en la oposición. Admiten que el mandatario, con su cercanía a Milei, los ha descolocado. El principal objetivo, coinciden más allá de las diferencias, es capitalizar los vientos de cambio nacionales y no terminar -una vez más- el año que viene como un furgón de cola de la oposición tucumana.