Se ha consumado una ruptura inevitable dentro del PRO, tal como se anticipaba. En la asamblea del partido, la mayoría alineada con el ex presidente Mauricio Macri decidió desconocer acuerdos previos con La Libertad Avanza (LLA) y marginar a la ministra de Seguridad de Javier Milei, Patricia Bullrich, de la conducción del cuerpo deliberativo.
Como era de esperarse, la decisión provocó gritos, quejas y la salida abrupta de los dirigentes cercanos a Bullrich, quienes están alineados sin reservas con el libertario.
El episodio se convirtió en un escándalo, aunque no sorprendió dado el contexto. La reunión, que tuvo lugar en la zona del Abasto porteño, fue marcada por momentos insólitos, con acusaciones y reproches entre los principales líderes del partido. Y uno de los protagonistas fue el tucumano Pablo Walter por sus declaraciones en contra del espacio liderado por Macri.
En el trasfondo, está la evidente tensión entre el líder del PRO y el Presidente. La aprobación de la Ley Bases fue un punto de quiebre en su relación, poniendo de manifiesto las diferencias que los separan, a pesar de compartir un horizonte ideológico similar.
Además de elegir nuevas autoridades, la asamblea tomó una decisión crucial que figura entre los puntos principales de la agenda: "Somos el cambio. El PRO no se fusionará con otros partidos. Apoyamos al gobierno de Javier Milei y todas las iniciativas que acompañen el cambio que la Argentina votó". El rechazo a la disolución del partido en favor de La Libertad Avanza explica el resto de las tensiones, consignó Infobae.
Antes de que se materializara esta fractura, Patricia Bullrich difundió una carta explicando su postura: "El debate que quiero impulsar en el PRO no se trata simplemente de cargos, es mucho más profundo: es un debate sobre el rumbo. No vamos a retroceder. Decidimos apoyar a Javier Milei porque si el cambio no se lograba ahora, nos hundíamos. Y en solo seis meses, ya estamos viendo un cambio inédito, logrado contra viento y marea".
Bullrich subrayó: "Hoy quiero transmitir al PRO el valor necesario para acelerar y avanzar a toda velocidad. Argentina no puede perder la oportunidad de ser protagonista del cambio más audaz y necesario de las últimas décadas". Sin embargo, su advertencia más contundente, que ocupó titulares en los medios, fue: "No podemos quedarnos a mitad de camino una vez más".
Este fue el aviso de que la situación se tensaría. En la reunión en el hotel Abasto, los enfrentamientos se intensificaron cuando se confirmó lo que era un secreto a voces: la mayoría absoluta alineada con Macri postularía al diputado Martín Yeza, ex intendente de Pinamar, ignorando las propuestas de Bullrich para ese cargo. Hubo gritos, discusiones, quejas y un portazo.
Los representantes disidentes se retiraron al bar en la esquina de Corrientes al 3200 y esperaron a Bullrich, quien había estado ocupada con los resultados de una pericia en la investigación por el caso Loan. La ministra llegó, permaneció unos minutos y se retiró.
"Algunos creen que (pueden) con los recursos que salen no sé de dónde, con los aparatos, pero acá la gente está de lado de Patricia. Son las ideas. Venimos a agradecer a los militantes, quienes vinieron de distintas partes del país a acompañar para que se cumpla con la palabra", dijo Walter.
"Incumplieron con el apoyo comprometido a Mauricio Macri para presidir el Consejo y ellos a Patricia para presidir la asamblea. Se quedan con un partido chiquito, el partido de los amigos, el partido de los perdedores. No se rompe el PRO porque vamos a trabajar para cumplir con el compromiso que asumió Patricia después del balotaje: acompañar al gobierno de Milei", apuntó, entre otras críticas, el tucumano, quien es uno de los operadores de Bullrich.