Cuando se habla del tiempo que debe pasar hasta cambiar las sábanas de la cama, los grupos de opinión pueden ser bien marcados. En un extremo están los que dicen que hay que cambiarlas cada día. En el otro, quienes lo hacen ocasionalmente. Pero, ¿cuál es el punto justo?

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La cama es uno de los lugares más íntimos de una persona y por eso cada uno adopta hábitos muy diferentes a los de los demás. Pero es importante tener en cuenta que cada costumbre que adoptamos tiene consecuecias y, si se trata de los hábitos relacionados al sueño, pueden tener incidencia directa sobre la salud.

Cada cuánto cambiar las sábanas de la cama

Pasamos -o se recomienda pasar- un tercio del día durmiendo. Durante las ocho horas que deberíamos nutrir nuestro sueño, los ácaros y algunos microorganismos van depositándose sobre las sábanas, un fenómeno que se repite tanto en invierno como en verano.

El cambio de sábanas es primordial para quienes sufren de alergias estacionales. Ayuda a prevenir el agravamiento de estos cuadros respiratorios que suelen afectar en las épocas en que la polinización está en su punto más alto: durante el verano y parte del otoño.

Por eso el cambio debe hacerse hasta más de una vez por semana. Está comprobado que es un hábito que consigue prevenir enfermedades y reducir los efectos de las alergias. Un hábito complementario es limpiar las alfombras de las habitaciones donde dormimos para evitar infecciones respiratorias.