Las frutas y verduras gozan de gran popularidad si se trata de elegir alimentos contra el envejecimiento. Lo importante es saber cuáles son los que tienen más beneficios y antioxidantes. Investigadores de la Universidad de Harvard explicaron las propiedades de una fruta de gran popularidad para matener la juventud.
Azúcar alta: cuál es la fruta que debemos comer en ayunas para controlar la glucosa en sangreDentro del grupo de los frutos rojos el arándano destaca por sus cualidades y su potencial para desacelerar el envejecimiento. Así lo explicó la doctora Uma Naidoo, directora del estudio de Harvard, al destacar que este pequeño fruto tiene efectos contundentes en la reducción del riesgo del deterioro coginitivo y el fortalecimiento de la memoria a largo plazo.
El arándano: la mejor fruta para combatir el envejecimiento
El arándano es rico en antioxidantes. Contiene antocianinas que combaten la inflamación cerebral, flavonoides que minimizan el riesgo de padecer demencia y polifenoles que sirven de protección a las células del cerebro. También son fuente de folato, unantioxidante esencial para la cognición.
Este fruto rojo es una de las frutas con mayor cantidad de estos nutrientes. Los flavonoides y antocianinas protegen a las células del daño de los radicales libres, unas moléculas que se instalan y dañan moléculas como el ADN, los lípidos y las proteínas.
Otras propiedades del arándano
Digestión óptima. Como son una buena fuente de fibra, el arándano es capaz de combatir el estreñimiento y promover la regulación del tránsito intestinal. Esto permite cuidar la salud de la microbiota.
Control de azúcar en sangre. El arándano hace un bajo aporte al índice glucémico por lo que es una fruta que pueden consumir los pacientes con diabetes. Las antocianina puede mejorar la sensibildiad a la insulina y regular los niveles de azúcar en sangre.
Sistema inmunológico fuerte. Las vitaminas y minerales esenciales del arándano fortalecen el sistema inmunológico. Esto, a su vez, sirve al cuerpo para protegerse y defenderse de patógenos externos.