Los huevos forman parte prácticamente de nuestra dieta diaria. Los consumimos tanto en almuerzos y cenas como en desayunos y meriendas. Además, muchas personas los incorporan a sus colaciones. Pero al abrirlos, muchas veces nos llevamos una sorpresa: unas manchas o puntos con coloraciones poco habituales.

Este es el motivo por el que las personas mayores deberían consumir más huevo

Si en el interior del huevo, ya sea en la clara o en la yema, aparecen puntos con colores diferentes al amarillo o el blanco-transparente, es importante tener ciertas precauciones. Si estas manchas son de color rojizo, amarronado o blanco como una nube, generalmente no representan un problema.

Sin embargo, si los colores son otros, como negro, azul o verde, es preferible descartar el huevo. Otra señal de advertencia es la iridiscencia o el efecto tornasolado: si se ve una especie de arcoiris, similar a la de los combustibles, es recomendable evitar su utilización en cualquier tipo de preparación.

¿Se pueden comer huevos con manchas marrones?

El Instituto de Estudios del Huevo llama a estos puntos marrones "manchas de carne" y explica que aparecen en la superficie de la clara por diferentes motivos. Pueden darse por descamación del epitelio del útero de la gallina, estas son partículas de carbonato de calcio que se desprenden durante la formación de la cáscara.

También pueden ser manchas de sangre donde la hemoglobina cambia de color rojo a pardo. La entidad de investigación señala que "estas manchas no representan ningún riesgo para el consumidor".

Nubes blancas en la yema del huevo

Estas manchas blancas son llamadas chalazas y son ligamentos espirales formados por albumen que une la yema con las membranas internas de la cáscara. Su objetivo es mantener la yema suspendida en posición central.

Las chalazas suelen pasar inadvertidas porque se adhieren a la parte interna de la cáscara, pero algunas veces se corren dando lugar a estas pequeñas nubes blancas.