El automovilismo siempre generó fuerte atracción en los tucumanos, que dieron un marco de público imponente a las pruebas que se disputaban. Aún estaban frescas las imágenes de la competencia disputada un año antes, que fue la primera en nuestra historia comarcana. Estamos en junio de 1925 para el momento en que se iba a disputar la segunda edición de la carrera Tucumán - San Pablo que tenía un recorrido de 260 kilómetros. El público se fue acercando a la zona de la largada ubicada en la esquina de 24 de Septiembre y Bernabé Aráoz. El recorrido se iniciaba por Bernabé Araoz hacia el boulevar Roca hasta alcanzar el camino a San Pablo donde se dirigían hacia Yerba Buena doblando en el mástil por avenida Aconquija luego por Mate de Luna hasta el punto de partida. Como vemos un circuito de importancia que por entonces en su mayoría era de tierra y algunos tramos con macadam de piedra. Según nuestro relato: “desde antes del medio día era mucha la gente que empezaba a acudir a la avenida Mate de Luna en el sitio por donde iba a comenzar la competencia” y agregaba que “no era un público frío y sin entusiasmo pues era de ver la manera ruidosa y expresiva en que se comentaban los resultados de la prueba, al tiempo que las olas de gente invadían totalmente las avenidas que comprendían el circuito cada vez que un coche se aproximaba”. Sobre este tema podemos decir que nuestro diario, al igual que tras la prueba de 1924, criticó la actitud temeraria de parte del público y bregó para que la policía realizara más controles, cosa que al parecer no se logró, porque en cada oportunidad de una prueba el público hacía lo mismo.

Accidentada

La prueba tuvo una serie de accidentes que pusieron en duda su continuidad. Finalmente la carrera se completó pese a la deserción de varios equipos. De la línea de partida salieron 11 equipos de los cuales terminaron cuatro.

Ya diremos quién fue el triunfador pero comencemos por algunos detalles que pusieron en peligro la prueba y la vida de los tripulantes del Fiat número 2. A poco de iniciarse la carrera el piloto del Fiat 2 “dirigido por Pedro Gómez chocó contra un árbol en el lugar denominado Bajo Hondo sobre avenida Mate de Luna en el primer tramo antes de cumplir ni media vuelta”. Como resultado del espectacular choque también resultó con lesiones de gravedad el copiloto José Miranda. El auto quedó totalmente destrozado. En cuanto a la vida de los corredores, pese al grave trance, no se informó en los días posteriores su fallecimiento por lo que estimamos que se habrán recuperado. En la misma edición se informaba que “aunque en un primer instante el, estado de los deportistas nombrados pareció adquirir mucha gravedad luego se nos informó que los dos jóvenes han reaccionado en las últimas horas de la tarde de ayer (31 de mayo de 1925) siendo sus estados más satisfactorios”.

Ganadores

La clasificación fue encabezada en la categoría Fuerza Libre por el Hudson número 9 al mando de los hermanos Luis y Dándalo Mateucci, que recorrió las ocho vueltas al circuito en tres horas, 24 minutos y cinco segundos además de obtener el récord de vuelta con 24 minutos y 10 segundos. La segunda posición para el Studebaker número dos, al comando de Sebastián y Felipe Olivera en cuatro horas, 16 minutos y 50 segundos.

En la categoría coches chicos ganó el Rugby número ocho dirigido por Cesáreo Gómez y Alfredo Fagiolli en 4 horas, 22 minutos y 27 segundos y en segundo lugar el Rugby número uno, piloteado por Pedro Brizuela y Ernesto Nougués en cuatro horas, 31 minutos y un segundo.

Cabe destacar que los autos ganadores fueron los mismos en 1924 y en 1925.

Más percances

La carrera tuvo otros momentos accidentados como fue el caso del Oakland número 3, comandado por Emilio Mantegazza y Santiago Pissani, que al inicio de la segunda vuelta “comenzó a incendiarse el carburador. En primer instante el accidente fue espectacular pero no tuvo consecuencias mayores pues fue retirado de la pista y después de recibir ligeras reparaciones continuó la prueba cuando había perdido más de media hora. Pese al retraso el auto reinició con grandes bríos la empresa pero al entrar en la cuarta vuelta al llegar al boulevar Roca por Bernabé Aráoz se le partió completamente el rotor, viéndose obligado a abandonar”.

Por su parte unas bujías fundidas llevaron al abandono al Ford número 4, al mando de Humberto Rivani y Juan Gambini, al llegar a San Pablo.

A su vez el desprendimiento de “la rueda trasera izquierda a dos o tres cuadras del punto de partida” llevó al abandono al Chevrolet número 6, piloteado por Manuel Villa y A. Flores.

En la sexta vuelta dejó la carrera el Chevrolet número 7, dirigido por la dupla Alberto Cáceres - Gerardo Avellas. Mientras que a la mitad de la quinta etapa el Rolling número 10, dirigido por Vicente Ferrari y Héctor Latorre, dejó la prueba.

VISTA AÉREA. A la izquierda la avenida Mate de Luna en parte del circuito y la largada en Bernabé Aráoz y 24 de Septiembre (derecha)

De acuerdo a nuestro cronista ,“la II carrera sobre el circuito San Pablo se ha llevado a cabo, con inconvenientes que lógicamente ofrecen en primer término el pésimo estado de los caminos. Pero salvando esas dificultados, el Tucumán Motor Club ha patrocinado esta prueba obteniendo un éxito que lo debe alentar para jornadas próximas”.

La primera

Era 1924 y el 20 de julio se había corrido la primera carrera en un circuito por caminos de la provincia. La competencia fue promovida por el “Tucumán Motor Club” y se desarrolló sobre el “Circuito San Pablo”. Nuestro diario señaló: “por primera vez se va a llevar a cabo una carrera de esta índole en esta provincia, es halagüeña la perspectiva que hay con la inscripción de once coches lo que serán piloteados por los más destacados volantes de Tucumán”.

El triunfo fue para la dupla Leandro Naranjo y Julio Fonio con el Hudson número 6 en la categoría fuerza libre con dos horas 45 minutos y 1.200 pesos de premio.

La segunda ubicación, en fuerza libre, fue para la pareja de Cesáreo Gómez y Fagiolli con el Rugby número 8 que también fue ganador de coches chicos en dos horas 53 minutos y 19 segundos. El tercer lugar fue para Alberto Cáceres y Manuel Villa con el Oldsmobile número 10 en fuerza libre en tres horas 9 minutos y 53 segundos. El cuarto y último en completar la carrera fue Emilio Mantegazza con Pedro Brizuela en el Ford número 1 en cuatro horas 13 minutos y 21 segundos.

En cuanto al público la crónica destacaba: “hubo muchos imprudentes que se amontonaron al finalizar la carrera el primero y el segundo coche, obstaculizando la llegada de los competidores subsiguientes. Esta imprudencia, desde luego propia del entusiasmo, aparte de obstaculizar a la comisión de controles y coches participantes, constituyó un peligro para el mismo público”.